miércoles, 30 de octubre de 2013

La Derecha Ausente, por Hermógenes Pérez de Arce.







La Derecha Ausente,
por Hermógenes Pérez de Arce.


Cuando me preguntan a cuál sector político pertenezco, contesto que al de la "derecha ausente", la que hoy no tiene representación ni voceros ni, casi, militantes. En el primer foro de ANATEL comprobé cuán ausente está. Lo menos lejano a la misma era Evelyn Matthei, pero ella adscribe a la línea de Sebastián Piñera, que se disputa con Michelle Bachelet iniciativas de izquierda como crear una Subscretaría de Derechos Humanos contemplada en el programa de la Nueva Mayoría y que él quiere establecer antes, para ganarle el "quién vive". ¿De qué derecha me hablan? Y otra pregunta: ¿de qué le han servido a Piñera esta izquierdización y su traición a los presos políticos militares? ¿Para subir de 31% a 34% su apoyo en la encuesta CEP?


La "derecha ausente" es esa que está consciente (como ninguna otra, según vemos a diario) del mayor escándalo de nuestro tiempo: los miles de Juicios contra ex militares, en contravención impune a todas las Leyes, que terminan en corruptas sentencias de Jueces y abogados integrantes politizados o cobardes (o ambas cosas) que mantienen a más de medio centenar de ex uniformados presos, muchos octogenarios y enfermos, por hechos amnistiados, prescritos, no pocas veces falsos y ya antes Juzgados, sin que se oiga la menor protesta más allá de nuestro minoritario círculo.


Por nuestros correos electrónicos suelen circular advocaciones impresionantes y hasta emocionantes frente a esa pública atrocidad Jurídica, humana e histórica cometida a vista y paciencia de todos, y en particular de los uniformados activos, que han dejado a sus camaradas caídos "tras las líneas enemigas" para ser victimizados, sin levantar siquiera la voz. Y así se sigue cometiendo impunemente la mayor tropelía contra cada vez más de quienes, "cuando las papas quemaban", pusieron el pecho a las balas terroristas, mientras los hoy silentes civiles tenían miedo y, como decía el juez supremo Rafael Retamal, "los marxistas nos iban a matar a todos"; y mientras Frei Montalva clamaba "¡esto se arregla sólo con fusiles" o imprecaba a los Generales timoratos (algunos hoy presos por haber dejado de serlo) diciéndoles "¡ustedes tienen las bayonetas y no las usan!"; o mientras Aylwin I se negaba a criticar a los que por fin habían usado sus armas "desde detrás de mi escritorio, pues están recibiendo el fuego adversario".


Hoy a esos "muertos-vivos" ni siquiera se les menciona en los foros y nadie debe responder por su suerte aciaga ni por la arbitrariedad de que son víctimas. Y cuando yo, como el Pepe Grillo de la conciencia nacional, los recuerdo, me apartan del camino diciendo que estoy "pegado en el pasado". Pero los "muertos-vivos" no están en el pasado, están hoy ahí, con su condición penal injusta agravada por la puñalada con que Piñera rubricó su incumplimiento de la promesa de velar para que tuvieran un debido proceso, derecho a la prescripción y "debida aplicación de los tratados internacionales", giro que ha resultado particularmente patético desde que se les inculpa de "delitos de lesa humanidad" establecidos por el Tratado de Roma, que sólo entró a regir en Chile en 2009 y en cuyo texto se dice explícitamente que sus normas no deberán ser aplicadas a hechos anteriores a su vigencia, todo eso sin considerar que la tipificación de tales delitos se ajusta mucho mejor al actuar indiscriminado contra la población civil y uniformada de los terroristas del MIR y del FPMR que al de los agentes del Estado encargados de la esencial misión social de combatir a esto últimos.


A propósito de lo cual, por supuesto, "la derecha ausente" del primer foro de ANATEL no habría omitido, de estar allí representada, preguntarle a la señorita Bachelet (pues es señorita y no señora) por sus actuaciones en los años '70 como ayudista del MIR, según lo acredita la biografía suya de los periodistas de izquierda Andrea Insunza y Javier Ortega, o como conviviente del vocero del FPMR Alex Vojcovich en los años en los 80, cuando esta asociación ilícita terrorista causaba más víctimas con sus atentados, permitiendo llenar páginas enteras de "El Mercurio" con las fotos de uniformados caídos bajo sus bombas y balas, sin olvidar que los guerrilleros de dicho frente insisten hasta hoy en que ella era, además, parte activa de su contingente armado.


Vocación contraria a la Legalidad institucional que sólo relumbró unos instantes en dicho primer foro, cuando preguntada y repreguntada acerca de si rechazaba o no la inconstitucional propuesta de una Asamblea Constituyente, se negó por dos veces a definirse. Es que, donde hubo fuego subversivo, cenizas quedan.


Por supuesto, la misma "derecha ausente", de haber estado representada, no habría dejado pasar la oportunidad de revalidar sus recetas para los principales problemas nacionales, como lo son la delincuencia, la salud y la educación, describiendo los benéficos efectos para la sociedad que tendrían la aplicación más rigurosa de las Leyes penales a los delincuentes que hoy transitan presurosos por la puerta giratoria hacia la impunidad, cuando llegan a ser detenidos, mediante el uso severo de la atribución Constitucional del Presidente de la República de velar por la conducta Ministerial de los Jueces que liberan malhechores con la misma presteza con que persiguen ilícitamente a ex militares exentos de responsabilidad penal. La "derecha ausente" también habría propiciado la liquidación paulatina pero sostenida de los monstruos Estatales burocráticos que constituyen los Ministerios de Salud y Educación, para entregar directamente a las familias pobres los enormes y crecientes recursos que aquellos extraen de los contribuyentes, sin entregar las debidas prestaciones a los usuarios. Esas ingentes cantidades, sumadas a las provenientes de la licitación masiva a privados de establecimientos educacionales y sanitarios Estatales, permitirían dotar a todas las familias vulnerables y menos vulnerables de Chile de financiamiento para ejercer su libertad de elegir colegios y universidades para sus hijos y seguro de salud privado para todos sus miembros, trasladándolos de las precarias atenciones de los sistemas públicos a los sistemas privados que actualmente, por cierto, prefieren y eligen para sí y los suyos todos los dirigentes y Parlamentarios de izquierda que ni siquiera saben el color de la tarjeta de atención del Fonasa, como dejó en evidencia la dirigente revolucionaria Roxana Miranda en el ya citado foro.


La "derecha ausente" podrá ser minoritaria y silenciosa, pero no está muerta; al menos no tanto como la "nueva derecha" y los restos náufragos de la que se debate en la indefinición y prefiere llamarse "centroderecha", en mala hora plegada al errático seguimiento de Sebastián Piñera, que en estos días ve acercarse el aciago destino electoral al cual no podía menos de conducirla la elección de tan penoso como incierto derrotero.

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