miércoles, 23 de octubre de 2013

El condoro más grande de la historia.






El condoro más grande de la historia.


Piñera creyó que abriendo sus bracitos a la centro izquierda se llenaría de gloria. Esperando neutralizar las agresivas declaraciones de sus líderes y la sesgada cobertura en su contra de los medios, apenas asumió les invitó a conformar un "Gobierno de unidad" y a muchos de ellos a conservar sus puestos en la administración.


Ya vimos que la reacción de los invitados fue todavía más encarnizada. Agregaron a sus improperios acusaciones de que "otra cosa es con guitarra", interpretando que la invitación era porque en la derecha no había gente suficientemente preparada para Gobernar.


La verdad es que Piñera todavía no termina de darse cuenta del impacto histórico que significó —tanto para la concertación UP/DC como en la escena política internacional— que los chilenos resolvieran votar por la centro derecha, la cual todos asociaban y (pese a las arteras movidas del Presidente) siguen asociando al Gobierno Militar, o "dictadura" en la jerga impuesta por los medios.


Y es que el desplazamiento de los "sectores democráticos" como patudamente exigen ser reconocidos ocurrió pese a la multitud de amarres de la institucionalidad, el dominio mediático y la fiel militancia de casi todas las organizaciones no Gubernamentales, los favorecidos con pensiones vitalicias e indemnizaciones (enorme contingente que representa cientos de miles de votos duros), el apoyo extranjero y el gigantesco presupuesto financiero que junto a todo lo demás probaron ser inútiles para convencer a los chilenos de seguir con ellos.


Por lo mismo, muchos pensamos que el nuevo Gobierno le hincaría el diente al necesario desmontaje de tanto amarre, tarea para la cual debió aplicarse desde el primer día, cuando hasta por la TV todos los chilenos vimos que los funcionarios del régimen saliente extraían los discos duros de las computadores y los hacían desaparecer.


Sin embargo, nada de eso ocurrió. Toda esta canasta de recursos —robustecida por decisiones populistas y Estatistas de Piñera— sigue en completo dominio de esta gente que, en una estrategia diseñada a partir desde el día que perdieron la Presidencial, designaron a Bachelet como la figura detrás de la cual volverían al poder. Para ello la fondearon en un puesto en la ONU —donde no hizo nada de nada, salvo el ridículo— y ahora la han traído para pasearla como fetiche en medio de una campaña frenética y millonaria por todos los medios.


Siendo esta la situación presente, nos preguntamos ¿Qué pasará si la UP/DC recupera el poder? ¿Respetarán la brecha institucional que permitió a la derecha "colarse" en la Presidencia o la bloquearán para que ello no vuelva a ocurrir? ¿Qué otra motivación sino ésa es la que hay detrás de impulsar una nueva Constitución? ¿Quién en este mundo podría creerles que el país está tan mal que hay que rehacerlo desde cero?


Ahora que el Partido Comunista (castrismo local que claramente responde a La Habana) se incorpora en forma abierta (por 20 años fue parte oculta de la coalición, recibiendo ingentes montos de dinero a cambio de aquietar "la calle") ¿lo hará para luego perder pan y pedazo? Esa no me la creo, y la prueba es este ultimátum que el castrista local le hace a los del comando (aparece exigiéndolo a Bachelet, pero todos sabemos que ella no corta ni trincha en este asado):
 







Amigos, creo que con su intento de alzarse con la hegemonía de la derecha adoptando el credo zurdo respecto de nuestra historia reciente y debilitando así a su coalición, Piñera no sólo se hará culpable de que Evelyn Matthei pierda la carrera a La Moneda. En realidad se hará culpable de la pérdida de la democracia, porque para nadie hay dudas de que a su vuelta los malos harán tabla rasa con la institucionalidad, de modo que "nunca más" vuelva la derecha al poder.







No hay comentarios:

Publicar un comentario