viernes, 28 de junio de 2013

El Plan Ahora y la Familia Militar Puestos a Prueba.


(Algunos pueden disentir de Hermógenes Pérez de Arce, pero
 nadie puede cuestionarsu inteligencia, valor y lealtad)




El Plan Ahora y la Familia Militar Puestos a Prueba,
 por Hermógenes Pérez de Arce.


El mayor escándalo nacional durante años ha sido y está representado por la continuada persecución política y judicial contra los uniformados (r), que fueron encargados por la mayoría política democrática, en 1973, de combatir al ejército guerrillero organizado clandestinamente por el Gobierno UP, y que luego de su victoria y de pasado el peligro resultaron traicionados por aquélla. Pues la DC se cambió de bando, y tras inducir a los militares se convirtió en perseguidora de ellos; la izquierda y en particular el comunismo ha ejercido la violencia que le es consustancial para amedrentar, a través de los medios que controla (pese a que sus dueños suelen ser de derecha), a Jueces, políticos y opinión pública para conseguir que persigan a los uniformados (r) ante los Tribunales; en seguida, la derecha, que Gobernó con los militares, mira para otro lado; y lo mismo hacen los uniformados activos, que no se preocupan en lo más mínimo de sus camaradas "caídos tras las líneas enemigas". En fin, la "familia militar", aparte de brindar un apoyo limitado a sus presos y procesados políticos, nunca ha salido a la calle a protestar en su favor y se ha limitado a procurar defenderlos a través de los medios de comunicación, los cuales no le prestan mayor acogida, rechazando a veces hasta las inserciones pagadas de los Generales (r) en apoyo a sus camaradas presos políticos.


En medio de este panorama desolador surgió el Plan Ahora, destinado a usar los votos de la familia militar para castigar a quienes se han hecho cómplices de la persecución. El Plan se puso en vigor en la elección Municipal, con un llamado a votar por Alcaldes pero no por Concejales de la Alianza, para acreditar así, con la respectiva diferencia resultante, la fuerza de ese voto. Pero los resultados fueron inciertos, porque también hubo más votos para Alcaldes que para Concejales de la Concertación.


En las primarias de este domingo el Plan Ahora de la familia militar ha llamado a votar contra Andrés Allamand, que en el Ministerio de Defensa se convirtió en un notorio perseguidor de los uniformados (r). Ello se traduce en que la familia militar debería entonces votar por Pablo Longueira. Se señala que, tratándose de un voto disciplinado, puede determinar el triunfo de este último. Las estimaciones sobre el voto militar superan los trescientos mil sufragios.


Pero en días recientes ha visto la luz pública la encuesta MORI, única centrada en las primarias, la cual ha pronosticado: 1) Que Michelle Bachelet obtendrá el 75% de los votos de la Nueva Mayoría; 2) Que Claudio Orrego superará a Andrés Velasco; 3) Que Andrés Allamand ganará con amplitud a Pablo Longueira; y 3) Que en la primaria votarán unos 800 mil electores por la Nueva Mayoría y unos 400 mil por la Coalición por el Cambio.


Entonces hay algo que no cuadra, pues si el voto militar es disciplinado y representa el de unas 300 mil personas, Longueira debería obtener por lo bajo tres veces más votos que Allamand, y eso sin contar otros votos propios suyos.


El Plan Ahora, pues, enfrenta este domingo una prueba de fuego. Si se dieran los pronósticos de Mori, querría decir que constituye sólo una herramienta ilusoria, incapaz de influir en ningún político o sector político. Lo cual sería muy grave para la causa de los presos políticos uniformados (r), porque dicho Plan es la ÚNICA herramienta de presión para obtener que se respete el Estado de Derecho y se apliquen las leyes.


El domingo sabremos si se equivocó MORI o si acertó y las ilusiones que nos habíamos hecho acerca de esta única arma de presión eran infundadas.

jueves, 20 de junio de 2013

Sólo nos Falta la Fuerza, por Hermógenes Pérez de Arce.







Sólo nos Falta la Fuerza, 

por 

"Jamás en ninguna causa en que se investigaron graves atentados a los derechos humanos he aplicado ni la prescripción, ni la media prescripción, ni la amnistía, y espero que eso haya quedado claro", dijo la ministra Gloria Ana Chevesich para respaldar su aspiración a ser nombrada integrante de la Corte Suprema por el Senado.


Debe ser la primera vez que algún aspirante a integrar alguna Corte Suprema en algún país civilizado esgrime como argumento para ser nombrado el haber dejado las leyes sin aplicación. "He atropellado el derecho, luego desígnenme", ha querido decir Chevesich a los senadores.


Y lo más grave es que ella debe decirlo, si es que quiere ser designada, porque sabe --y todos sabemos-- que la mayoría del Senado sólo votará en su favor si deja en claro que no está dispuesta a respetar la legalidad. En otras palabras, el Senado exige, para designar a alguien en la Corte Suprema, una garantía de que el aspirante ha desconocido y va a seguir desconociendo la legalidad.


Pero ¿de dónde emana el título de los senadores para ejercer sus funciones de tales? De la legalidad. Pero ¡cómo! Si ellos la están invalidando. Entonces, su propia condición de senadores queda en tela de juicio, porque la tienen en virtud de las leyes, cuya invalidez ellos mismos proclaman. Luego, si confiesan carecer de título para desempeñar su función, deberían ser destituidos. Pues no son legítimamente legisladores. Están ahí sólo por la fuerza, ya que la ley que podría legitimar su desempeño, dicen ellos mismos, no vale.


Es que, cuando no se respeta la ley, lo único que vale es la fuerza. Cuando los senadores están desconociendo su propio título para ejercer como tales, quiere decir que sólo están de facto en sus curules. Los ocupan en virtud de la fuerza. Si hubiera una fuerza mayor que la suya y cerrara el Senado, ese acto sería legítimo, porque sólo impondría una fuerza superior a otra que se había enseñoreado del Senado sin título legal, puesto que proclama la invalidez de las leyes. 


La declaración de Gloria Ana Chevesich para obtener los votos que le faltan para ser designada son, pues, la simiente para el derrumbe del Estado de Derecho. Ante el desconocimiento de las leyes, el paso siguiente es sólo determinar qué fuerza habrá de prevalecer, como es propio de la llamada "Ley de la Selva", que es la que reemplaza al Estado de Derecho cuando éste deja de imperar.


Y conste que este estado de cosas no sólo compromete al Senado, sino al Gobierno y al resto de la institucionalidad, que hasta ahora encontraban su sustento en la legalidad.


Cualquier grupo puede hoy en Chile decir: "Sólo nos falta la fuerza para hacernos del poder", y tendrán razón, porque ha dejado de valer el título de la legalidad. 
 

viernes, 14 de junio de 2013

A UN AÑO DEL CAUPOLICANAZO.





A UN AÑO DEL CAUPOLICANAZO.


Pudo ser una mañana cualquiera de un domingo de otoño. Una más de aquellas para ir a hacer deporte o de compras al supermercado o a la feria. Pero para muchos fue un día especial e inolvidable.


Por fin, después de mucho tiempo, se realizaba públicamente un acto recordando a nuestro ex Presidente Augusto Pinochet Ugarte con el estreno de un documental llamado “Pinochet” -ganador del Premio Hispania de Oro en el 6° Festival de Cine Hispanoamericano realizado en Estados Unidos-. Fue un evento masivo, conocido públicamente y con convocatoria abierta. Esta vez no sería algo a puertas cerradas donde participarían los mismos generales en retiro de siempre o en lugares alejados como el Club Militar de Lo Curro.

Esta oportunidad era especial. Y así fue también el lugar. Uno con fácil acceso y central, a cuadras del metro y con movilización casi a la puerta del recinto: Teatro Caupolicán.

Sí, el mismo que en su época de oro albergó distinto tipo de eventos, luego pasó a ser el Teatro Monumental, muy venido a menos bajo la tutela de Colo Colo y recuperado hace algunos años para ser nuevamente centro de espectáculos y eventos.

Pero la que pudo ser una magnífica jornada, terminó empañada por el odio de los mismos de siempre. Aquellos que pregonan la libertad y la tolerancia a los cuatro vientos, pero sólo a su conveniencia. Los mismos que golpean a ancianos y mujeres, pero cuando los enfrentan salen corriendo. Los mismos que atacan cobardemente a rostro cubierto y por la espalda.

Ya se sentía algo especial al bajar desde la Alameda por San Diego o Arturo Prat. A los pocos pasos uno sentía que no iba a ver un documental sino más bien era ir a un partido de alto riesgo.

No hubo mayor dificultad para hacer ingreso al teatro, salvo aguantar uno que otro insulto o escupitajo. Las cerca de dos mil personas ingresaron con calma al recinto.

Luego de unas emotivas palabras de Miguel Menéndez Piñar (nieto de Blas Piñar) y de Augusto Pinochet Molina, entre otras intervenciones, se dio inicio a tan esperado documental.

Al interior se vivía un ambiente de alegría, reconocimiento y eternos agradecimientos a nuestras Fuerzas Armadas y Capitán General. Aunque dependiendo de la ubicación obtenida, se sentía el picor del ambiente que ingresaba y ya daba cuenta de bombas lacrimógenas.

Los mismos que alegan contra la violencia de un régimen, le gritan “asesino” a todo aquel que piensa distinto, habían comenzado a actuar, como saben, con violencia y no entendiendo que vivimos en democracia, donde cada uno de los chilenos es libre de expresarse y de pensar como guste, democracia que ellos destruyeron y no restauraron, por cierto.

La salida fue algo lenta, pero de segura tuvo poco para todos quienes debieron caminar a pie hacia la Alameda o Avenida Matta.

Allí comenzaron los piedrazos y botellazos de los delincuentes de siempre, que cobardemente se esconden tras una capucha. Agredieron a muchos adultos mayores que ese día fueron en paz a ver un documental. También a mujeres de a pie o en sus automóviles.

Quizás el caso más recordado es el de Gina Fachinetti, fuertemente atacada por hombres y mujeres con escupos, golpes de puño e incluso patadas cuando no le quedó más que tirarse al suelo para intentar defenderse del brutal y cobarde ataque del cual fue objeto.

También se atacó a personas en vehículos, algunas lograron salir indemnes y otras terminaron en recintos de salud por fracturas debido a piedrazos recibidos.

Pero hubo un grupo que no se quedó de brazos cruzados. Unos comenzaron una especie de avanzada para así poder salir por Avenida Matta y caminar tranquilamente al metro Parque O’Higgins y ahí los “valientes” ya no lo eran tanto y retrocedían.

Sólo tienen bravura para atacar, como ya lo hemos dicho, a gente de edad y mujeres además de semáforos, locales comerciales y casas.

Nosotros entendemos y comprendemos el dolor de algunos por la violación de DD.HH durante el Gobierno Militar -y además solidarizamos con su dolor-, muchos de nosotros somos apuntados con el dedo por pertenecer al “núcleo duro del Pinochetismo”. Pero somos ante todo amantes de la paz, y si se busca en los archivos, nunca hemos sido nosotros los iniciadores de la violencia.

Siempre han sido ellos los que ni siquiera son capaces de sentarse y remar hacia la reconciliación -con legítimas diferencias-, pero pensando en las futuras generaciones, las que no merecen vivir con el odio que ellos han repartido por generaciones.

Resulta penoso ver a nuestro querido país tan dividido con gente que odie tanto a otra por el simple hecho de pensar diferente. Que sean capaces de descargar su ira rompiendo una automotora entera y que después, la prensa cómplice, intenta justificar.

Debemos dejar toda esa basura que nos sigue dividiendo y mirar al futuro, al bienestar de Chile y su gente, a que dentro de las legítimas diferencias, busquemos la unidad, pero no una forzada sino una de corazón, pensando en nuestros niños que no merecen vivir en un país donde se agrede a otras personas por el simple hecho de juntarse a ver un documental.

No podemos permitir que las consignas marxistas vuelvan a tomar fuerza, debemos estar unidos, atentos y alertas.

Debemos volver a derrotarlos de ser necesario, por el bien de Chile, de su gente y de todos los que quieren vivir en paz.

El pasado debe quedar en los documentales, en los libros y para los historiadores. Sin embargo, eso no significa que debamos olvidarlo, pero se debe aprender de él sin arrastrar odios ni rencores.

Chile es una gran nación en base a una institucionalidad sólida y un modelo económico que le ha traído progreso a la gente, aunque algunos digan que todo está en crisis.

Pero aquellas voces que encienden las alarmas son las  mismas que destruyeron el país ente 1970 y 1973, los mismos que agreden a Carabineros en las poblaciones o en las marchas, esos mismos que cubren su cara.

A esos, de ser necesario, hay que derrotarlos de nuevo, sin vacilación y con patriotismo, como ya lo hicimos una vez.

Y para eso estimados camaradas y compatriotas, debemos estar preparados. Hoy no se observan uniformados valientes en los altos mandos de sus instituciones cuando han sido capaces de abandonar a los suyos y dejarlos a merced de las huestes enemigas.

viernes, 7 de junio de 2013

Un valiente y patriota Diputado...

EN UN PAIS CON UNA DERECHA COMODAMENTE DESMEMORIADA Y COBARDE EL DIPUTADO JORGE ULLOA SIGUE DANDO UNA INUSUAL MUESTRA DE VALOR CIUDADANO Y DE BÚSQUEDA DE UNA VERDADERA PAZ SOCIAL.


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