lunes, 14 de noviembre de 2016

Hugo Dolmestch, Presidente de la Corte Suprema: “Creo que los condenados por DD.HH. tienen derecho a la libertad”




Transcribimos la entrevista publicada por Diario La Tercera del 12 de noviembre de 2016, pag. 22


HUGO DOLMESTCH, PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA: “CREO QUE LOS CONDENADOS POR DD.HH. TIENEN DERECHO A LA LIBERTAD”







Autoridad del Poder Judicial dice que también pueden obtener indultos por razones humanitarias. Explica las razones por las que enviaron la carta a la Presidenta por el reajuste presupuestario.





El presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, estará el fin de semana junto a sus pares del máximo Tribunal en las Termas de Quinamávida realizando las jornadas de reflexión, instancia en la que anualmente evalúan la situación del Poder Judicial y sus desafíos. En esta oportunidad, el magistrado analizó el sistema de libertades condicionales, las falencias en la protección de los menores y la razón por la que el Pleno envió una carta en que indicaban que sufrían “desatención” a raíz del reajuste presupuestario.




¿A raíz de qué enviaron a la Presidenta la carta en que indicaban que había desatención hacia la Corte Suprema?
Estamos preocupados porque las leyes que pudieran tener relación con el Poder Judicial no avanzan. Son cosas que para nosotros son muy importantes, como el aumento de jueces. Que se nos mantenga el incentivo al retiro. La carta nació porque se repitió esta modalidad de reajuste, nos afecta. Por ejemplo, se dijo el año pasado, y así se hizo, que los sueldos mayores de $ 6 millones no tenían reajustes, pero hoy día se plantea en el proyecto que esa base límite se baje a $ 4,8 millones, pero después parece que es de $ 4,4 millones. Dentro de la escala de los funcionarios judiciales, nuestros sueldos son bastante buenos, dignos y eso ha permitido que los funcionarios judiciales estén contentos y produce que seamos un poder del Estado con funcionarios con más estudios y absolutamente alejado de actos de corrupción. Hoy por hoy, como está la situación del país, donde se indaga a gente del Estado, no existe ningún juez. ¿Qué habría ocurrido si los jueces también estuviéramos metidos? Actualmente, la gente está bien y cumplimos con nuestro deber y eso le decíamos a la Presidenta en la carta.




Usted dijo que no había conflicto con el gobierno
No es lo mismo que le representemos una inquietud que tener conflicto o luchas. Tenemos una relación bastante fluida con el gobierno. Sin embargo, vemos que somos un poquito arrastrados hacia este trato, que a lo mejor es general, pero que nos va afectar especialmente a nosotros. No se hace diferencia que somos un poder del Estado que está cumpliendo adecuadamente su función, y quisimos plantearle a la Presidenta que tuviera la deferencia necesaria.




DD.HH.
¿Se deben otorgar beneficios, como la libertad condicional, a condenados por delitos de lesa humanidad?
Cada seis meses los condenados tienen el derecho a solicitar que lo que falta de sus penas se cumpla con la famosa libertad condicional y llamó mucho la atención que salieran muchos. Entonces, la comunidad dijo esto es un error, una cosa espantosa porque van a empezar a salir delincuentes de todo tipo. Para nosotros, creo, se está concibiendo que este beneficio es un derecho del condenado y no una dádiva que le otorga el Estado. ¿Esto se debe aplicar a estos sentenciados?




Partir de la base que obtener la libertad condicional se transforma en un derecho y no en una dádiva, significa que todo aquel que cumpla con los requisitos objetivos que señala la ley tiene el derecho a salir, y allí no están exceptuados los militares. Así lo establece la legislación actual, que no ha sido modificada. Creo, en lo personal, que no debiera haber ninguna diferencia entre una persona condenada y otra. Desde el momento que fue sentenciada y se ejecuta la pena, el Poder Judicial ha cumplido con el ejercicio de su derecho a procesar y castigar, pero no ha cumplido con el deber que tiene de rehabilitar. La mayoría dice “es que son delitos de mucha gravedad, de lesa humanidad”. Y yo digo que no, yo creo que (los condenados por DD.HH.) tienen derecho a la libertad, pero esa es una opinión personal. No sé si saldrá la nueva ley (que les restringe los beneficios a este tipo de condenados). La ley no debiera contener algún tipo de excepcionalidad. Debiera ser pareja para todos.




¿Debe haber arrepentimiento de los condenados?
El arrepentimiento tiene que ver con la sentencia. Si esa gente ya está condenada, entonces, qué importancia puede tener un arrepentimiento si están condenados. Y a esto se agrega una situación muy particular. Usted sabe que estos militares terminaron hace tantos años, entonces, están siendo condenados a penas altas, gente muy vieja, que está enferma y que tiene dificultades, incluso mentales y físicas. Sería incluso una expresión de respeto a los derechos humanos de que mucha gente pudiera salir a cumplir a su casa. El derecho humano de las víctimas se cumplió, fueron sentenciados, y ahora viene el derecho humano de los condenados.




¿Es partidario de que haya indultos humanitarios para ellos?
Sí, el sistema está concebido así. El Poder Ejecutivo tiene la facultad de perdonar, porque es tan humano perdonar y el perdón tiene que tener un efecto.




Sename
¿Chile ha dejado de lado a los menores?
Evidentemente. El problema no es de ahora, no es de este gobierno ni del anterior, siempre ha habido dejación por falta de recursos. ¿Qué voy a hacer si no hay plata? Y se produce entonces una dejación, la que se tradujo en que nuestros niños están abandonados. Y esta política de que el Sename se reforme y el mensaje de la Presidenta, fue algo maravilloso.




¿Pedirá especial atención de los jueces de familia en los seguimientos de los casos de menores vulnerados, para que no ocurra nuevamente un caso como la muerte de Lissette?
Por supuesto. Nuestros jueces creo que están preparados para eso, lo hacen (…) les pido ahora a nuestros jueces y funcionarios que tengan una preocupación especial por estos niños abandonados.




¿Cree que Chile perdería un juicio en la Corte Interamericana de DD.HH. si es que es demandado por falta de servicio por este tema?
A mí me parece que, tal como estamos, perderíamos en cualquier juicio. Creo que falta mucho, es una gran falla que tenemos.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Otra visión, por Pablo Rodríguez Grez.




Otra visión,

por Pablo Rodríguez Grez.










Los últimos comicios Municipales han provocado diversas reacciones, muchas de las cuales parecen desvinculadas de la realidad. Para una apreciación objetiva, hay que detenerse en tres factores que dan a este evento carácter especial.


Desde luego, el nivel de abstención (65%) implica mantener en reserva la voluntad de la ciudadanía que, en cualquier momento, puede manifestarse en las más diversas direcciones. ¿Qué piensa la mayoría de los chilenos?
¿Cuántos electores que no sufragaron quisieron manifestar su descontento con el sistema político? ¿Constituye la abstención una forma de repudio a las élites partidistas que monopolizan la totalidad del poder? Estas y muchas otras preguntas quedan sin respuesta, abriendo una incógnita que impide toda proyección hacia el futuro.

A lo anterior hay que agregar un hecho insólito: la alteración del padrón electoral que, en el mejor de los casos, es consecuencia de la inepcia de quienes son responsables de su administración y funcionamiento. Nadie sabe, hasta este momento, qué incidencia tuvo esta anomalía en los resultados, a quiénes favoreció y a quiénes perjudicó.


Finalmente, la circunstancia de que
prácticamente todas las colectividades políticas se hayan visto comprometidas en una irregular recaudación de fondos ha debido provocar en la población un repudio natural a toda manifestación partidista y una condena unánime sobre los procedimientos utilizados para financiarse. A este fenómeno debe agregarse la paupérrima información sobre candidatos y programas, fruto de la falta de recursos, lo cual desalentó a la mayoría de los electores.


¿Un proceso electoral de estas características permite predecir lo que acontecerá en futuras elecciones?

Afirmo que lo ocurrido el 23 de octubre pasado no revela nada que no conociéramos, y que los resultados no anticipan ni nuevas tendencias ni el esclarecimiento de los factores antes indicados.


Como si lo señalado fuera poco, hay que reconocer que en las elecciones Municipales opera el "caudillismo" local, lo que se comprueba con solo constatar que el 73% de los Alcaldes fueron reelectos en sus respectivas Comunas.
Lo excepcional y llamativo para los analistas y los medios de comunicación fue el hecho de desbancar a algunos líderes consagrados (apoyados por el oficialismo) y cambiar la etiqueta política en varios Municipios de especial resonancia.


Ante este panorama, no parece exagerado sostener que vivimos una crisis de representación, como quiera que se califiquen los factores antes mencionados.
En Chile los únicos cauces de participación política son los partidos y ellos no captan el interés de una inmensa masa ciudadana, hastiada de oír promesas incumplidas y gastadas consignas, sin aportar nuevas ideas en un mundo que cambia día a día por obra de una revolución científica y tecnológica que ha alterado profundamente nuestros hábitos. Mientras no se ensanchen los canales de participación y se encuentre la manera de incorporar al sistema a las mayorías silenciosas y decepcionadas, seguiremos viviendo una democracia de utilería y no real, dominada por los dirigentes de siempre.


Casi sin advertirlo, paralelo al modelo político, se ha ido extendiendo, tanto en Chile como en el extranjero, un complejo de "redes sociales" al amparo de medios tecnológicos, cuyo influjo crece exponencialmente. Se trata de una realidad inatajable que se abrirá paso cualesquiera que sean los escollos que se pongan por delante. ¿De qué se trata? De otra protesta, silenciosa pero elocuente ante la pobre indumentaria participativa en que se sustenta el modelo.

Se habla en nuestro medio de profundizar la democracia y, como suprema expresión de este propósito, se aboga por la elección de los Intendentes (o Gobernadores Regionales), sin siquiera especificarse sus atribuciones y mucho menos su necesidad. Ello implica desentenderse de un Estado sobredimensionado (elefantiásico), y entregar a los partidos políticos nuevas fuentes de poder. En otros términos, avanzamos por una ruta equivocada.


Ojalá, los últimos comicios Municipales sirvan, a lo menos, para hacer reflexionar a quienes ejercen las potestades públicas, y descubrir las debilidades que debemos superar. Pero yerran los que piensan que lo ocurrido es posible proyectarlo a un futuro cercano.



(Artículo tomado de la edición del 2 de noviembre de 2016 de Diario El Mercurio de Santiago.)