martes, 29 de mayo de 2012

Por Qué Aylwin Debe Ser Castigado.





Por Qué Aylwin Debe Ser Castigado
Por Hermógenes Pérez de Arce.



Un periodista del diario español “El País”, sin duda obrando maliciosamente, ha sorprendido a don Patricio Aylwin diciendo varias verdades y ha tenido la temeraria desconsideración de publicarlas.



A raíz de ello se ha conocido que don Patricio ha dicho a “El País”: 1) que el de Allende fue un mal gobierno, 2) que cayó merced a sus propios errores, 3) que Allende era un mal político, 4) que el general Pinochet no amenazó la estabilidad de su gobierno (el de Aylwin) y 5) que ese militar fue un gobernante popular.



Todas verdades, pero todas igualmente inaceptables en “el país de los cerebros lavados”. Éste se ha tornado muy peculiar, tanto que Allende, el peor Presidente de la historia de Chile por todos los conceptos y desde cualquier ángulo objetivo que se examine su gestión, fue hace no mucho elegido popularmente, en una encuesta por internet, como “el más grande chi­leno de nuestra historia”.



Ni siquiera se ha perdonado a don Patri­cio haber dicho tales verdades habiéndolas matizado, como lo hizo, con algunas mentirijillas, como la de que ni él ni su partido tuvieron nada qué ver con el pronunciamiento militar. Esto no es ver­dad, por supuesto, pues él estaba perfectamente enterado de las reuniones de generales (en su mayoría proDC), que preparaban el golpe de Estado, como lo revela el libro “De Conspiraciones y Justicia”, de Sergio Arellano Iturriaga, que en 1973 era un joven democratacristiano que sirvió de enlace entre uno de los generales conspiradores, su padre, y el Presidente de la DC y senador Patricio Aylwin. Éste, cuando finalmente fracasaron sus conversaciones con el Presidente Allende, llamó al joven Arellano para comunicarle tal ruptura, lo cual implicaba darle luz verde al pronunciamiento militar. ¿Por qué otra razón el Presidente de la DC podía lla­mar a un joven militante que no tenía connotación ni representación oficial alguna, para informarle de que no había solución política con Allende?



Además, don Patri­cio había sido uno de los revisores-redactores del Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de 1973 que llamó explícitamente a los uniformados “a poner término a las situaciones de hecho existentes”, que el mismo Acuerdo había enumerado.



Esas dos actuaciones suyas “gatillaron” el 11 de septiembre de 1973, tal vez más que cualquiera otra circunstancia decisiva de esos tiempos. Pero don Patricio las ha dado ahora por inexistentes, en sus declaraciones a “El País”. Sin embargo, ni siquiera ese gesto suyo de adhesión al estado general de falsificación de la verdad histórica en que vive Chile ha sido suficiente para hacerse perdonar el pecado de haber dicho las verdades arriba señaladas.



El país lo está sometiendo, entonces, al más duro y ejemplarizador de los escarmientos, para que nadie más, y ni siquiera él mismo otra vez, pueda resultar sorprendido diciendo la verdad. Cosas como ésa la sociedad chilena actual simplemente no las puede tolerar.



Publicación original: Blog de Hermógenes
Tomado de www.lahistoriaparalela.com.ar

martes, 15 de mayo de 2012