lunes, 9 de junio de 2014

¿Para Qué Se Necesita Una Izquierda?, por Hermógenes Pérez de Arce.



Insólito nos parece que la derecha, junto con el partido comunista, haya aprobado la 
erección de un monumento a la terrorista y antidemocrática dirigente roja Gladys Marín.






¿Para Qué Se Necesita Una Izquierda?,
por Hermógenes Pérez de Arce.


          Pasó casi sin que me diera cuenta: la Cámara aprobó ¡por unanimidad! autorizar la erección de un monumento en homenaje a Gladys Marín, la líder comunista más intransigente en la tarea de instaurar en Chile un régimen marxista-leninista por la vía armada.


Que los Kerensky apoyaran la iniciativa ¡novedad ninguna! Que los RN se plegaran a ella, si bien algo me extraña, al mismo tiempo uno sabe que es el partido de Piñera y de él uno puede esperar cualquier cosa. Pero que la UDI ¡la UDI, “of all people”!, eso no me lo habría esperado nunca. Ni menos que la iniciativa haya sido, en conjunto, de un Diputado comunista, Teillier, y de uno de la UDI, Hasbún. Bueno, este último, como Alcalde de Estación  Central, ya le había puesto “Gladys Marín” a una calle de la Comuna.


          La Gladys y yo nos saludábamos de beso cuando nos encontrábamos en Megavisión, y ella me decía “¡tanto tiempo que no nos veíamos, creo que desde el ’73!” Pero ambos sabíamos que los muchachos de su Frente me podían matar en cualquier momento. Una vez me dispararon con un M-16 durante mi trote matutino frente a San Alfonso del Mar, hace unos años, pero no me dieron. La bala rebotó ruidosamente en los estacionamientos del condominio y yo me agaché y seguí corriendo a tal velocidad (7 km/h) que el francotirador, supongo, no alcanzó a recargar el arma. Lo publiqué en este blog, pero nadie me dijo nada (ni siquiera mi familia: ahí me enteré de que no lo lee). Otra vez el frentista Villanueva, que ahora está procesado por el caso Guzmán (pero no debe preocuparse, porque la Justicia de izquierda le va a remitir la pena, si es que lo condena; y, por último, el Gobierno lo va a indultar, como a TODOS sus  camaradas terroristas) me cubrió de insultos en un camino costero, pero no extrajo su arma, pues ¡imprevisión imperdonable! posiblemente no la llevaba.


          La Gladys, en efecto, fue una de las fundadoras del FPMR, junto a Volodia Teitelboim, que tal vez por eso fue proclamado por Sebastián Piñera como “uno de los grandes hombres de la historia de Chile”, y a Orlando Millas. Este último lo dio a conocer en sus “Memorias 1957-1991”, p. 186. Ahí alude al “acuerdo a que habían llegado en La Habana dirigentes de los respectivos partidos, para que contingentes de militantes comunistas chilenos fuesen aceptados como alumnos en calidad de cadetes de la Escuela Militar de Cuba. Se reclutó para esta tarea a lo mejor de lo mejor  de la nueva generación del exilio… Un regusto amargo me hace sentir que los condujimos a quemarse en Chile en batallas imposibles..”


          Claro, asesinaron a muchos militares (ya he citado esas dos páginas enteras de “El Mercurio” del 26 de marzo de 1986, con retratos de 47 militares abatidos por el FPMR y el MIR, y con referencia a los abogados de la Vicaría de la Solidaridad que defendían a sus asesinos, en una cooperación abierta con el terrorismo por la cual la Iglesia Católica nunca ha pedido perdón.)


Bueno, ahora los militares sobrevivientes y que a su turno mataron guerrilleros cumplen presidio perpetuo, condenados contra todas las Leyes por la Justicia de Izquierda que se ha enseñoreado de nuestros Tribunales. Valga decir que todos los terroristas autores de crímenes sangrientos fueron indultados por Aylwin (que se había comprometido a no hacerlo), Frei y Lagos; y los que cumplían condenas fueron amnistiados por una Ley de perdón que, se suponía (por un acuerdo político y con la Iglesia) también debía ser aprobada en favor de los militares presos por más de diez años, pero esta última parte se rechazó por 17-15 en el Senado, con los votos de dos Kerenskys a los cuales no voy a nombrar, porque uno es amigo mío desde la adolescencia y eso constituye fuero. Y la Iglesia, que había patrocinado el acuerdo, no dijo nada.


          También en los ’80 el Frente comunista asesinó a sangre fría al dirigente poblacional de la UDI, Simón Yévenes; y “reconquistada la democracia”, como humorísticamente dicen los de la Nueva Mayoría, siendo que sólo se cumplió al pie de la letra el itinerario fijado por la Constitución de Pinochet (no les quepa duda de que la Historia la va a describir así, cuando la actual generación de cerebros lavados y sus respectivos lavadores ya hayan salido de circulación por fuerza mayor). Entonces, vigente ya la plena democracia que le debemos a Pinochet, en 1991 el Frente comunista fundado por, entre otros, Gladys Marín, asesinó a sangre fría al máximo líder de la UDI, Jaime Guzmán.


          De modo que ¡cómo un Alcalde UDI no iba a bautizar una calle como “Gladys Marín” y luego, como Diputado, no iba a copatrocinar, junto con el encargado militar comunista Guillermo Teillier (que daba las órdenes de exterminio y públicamente expuso cómo había dispuesto aniquilar a la comitiva del Presidente Pinochet, para asesinarlo, sin lograrlo, pero sí matando a cinco de sus escoltas)! ¡Cómo la bancada UDI, por unanimidad, no iba a votar por que se levantara un monumento en Santiago a la benemérita Gladys Marín!


¡Justo, conmovedor, solidario y merecido homenaje, que engrandece a nuestra democracia!


A todo esto, con semejante derecha ¿para qué se necesita una izquierda?

No hay comentarios:

Publicar un comentario