La
Justicia chilena al borde de un ataque de nervios,
por Fernando Thauby.
La
reciente incursión del Ministro de Justicia que -siguiendo las aguas
del Presidente de la Corte Suprema- manifiesta un interés tardío,
condicionado y minúsculo respecto a la suerte de los militares
presos políticos en Punta Peuco, es una manifestación concreta de
un problema de fondo: Cuál es la real naturaleza del Poder Judicial
en Chile?:
1.-
El Poder Judicial es una organización formada por personas selectas,
de sólida formación jurídica; moral; imparcial, consecuente y
capaz de auto controlarse o
2.-
Es una organización burocrática que actúa como instrumento al
servicio de los intereses de sus miembros; del gobierno de turno, de
algunos grupos de poder existentes en el país y que requiere control
democrático externo.
Debemos
considerar que lo mas probables es que su naturaleza real esté
situada en un punto entre ambos extremos en cuyo caso cada cual
deberá determinar respecto a cual ellos lo encuentra mas próximo.
Un
distinguido oficial de marina retirado, abogado, de inusual valor
moral y probado hombre de bien, ha destinado años de arduo trabajo y
esfuerzo mostrar al Poder Judicial y a los varios miles de
profesionales del derecho en Chile las barbaridades jurídicas que el
Poder Judicial ha cometido en perjuicio de centenares o miles de
militares. Su profundo y detallado análisis señala errores,
prevaricaciones y piruetas leguleyas que nadie se ha atrevido a
desmentir, ni menos discutir abiertamente.
“Cometen
delitos judiciales de lesa humanidad los jueces que fallan contra las
leyes expresas y vigentes; que procesan y condenan en forma injusta,
inconstitucional, ilegal y arbitraria a militares carabineros; y que
no respetan principios esenciales del derecho penal universal. Son
cómplices de tales delitos las autoridades ejecutivas y legislativas
del Estado por cohonestar la torcida aplicación de la ley y la
prevaricación judicial, y por no efectuar las modificaciones legales
necesarias para que dichos servidores de la patria les sea aplicado
el mismo sistema procesal penal que le es aplicado a los demás
chilenos. los demás chilenos.
A
los militares y carabineros imputados por presuntos delitos ocurridos
hace mas de cuatro décadas no les son respetados principios tales
como el de legalidad y el de igualdad ante la ley, la prescripción
de la acción penal, la presunción de inocencia y las normas del
debido proceso, porque a ellos se les aplica en antiguo sistema de
procedimiento penal; un sistema que vulnera los derechos
fundamentales y que es incompatible con el derecho internacional de
defensa de los DDHH”.
Toda
la estructura jurídica nacional ha recibido esta crítica en
absoluto silencio, ese silencio cobarde tan propio de la élite de
los comunicadores y formadores de opinión pública de nuestro pobre
país, domesticados por los grupos políticos y empresariales ,
dominados por sus mezquinas conveniencias personales y las timideces
propias de personas de poca valía y merecimientos y paralizados por
el temor a la maquina de difamar del Partido Comunista, guardan
silencio cómplice.
La
versión de la realidad que esgrimió la izquierda contra el Gobierno
Militar fue que el Poder Judicial negó recursos de amparo a personas
perseguidas por presuntos delitos, que mostró obsecuencia hacia el
Poder Ejecutivo y que abandonaron gravemente sus deberes.
Ahora,
bajo la dirección de ese mismo sector político y durante los
últimos cuarenta años, sin inmutarse, han juzgan y condenado a
militares ex miembros del aparato de seguridad de ese gobierno,
aplicando leyes inexistentes, delitos ficticios, desconociendo la
amnistía y lo peor, aplicando procedimientos judiciales no vistos
desde la Alemania nazi o desde los juicios soviéticos contra sus
disidentes.
El
Poder Judicial que la izquierda condenó por servil hacia el Gobierno
Militar y que habitualmente fue descalificado en forma soez, con un
solo restallar del látigo del poder político esgrimido por P.
Aylwin, fue puesto en cintura y llevado a cambiar su comportamiento
hacia una dedicada incondicionalidad creativa en beneficio de los
nuevos mandamases políticos, en una intensidad nunca vista en Chile.
Esta
nueva “obsecuencia” ha tenido hitos llamativos: la creación de
la ficción jurídica de los detenidos desaparecidos, aplicación de
leyes con efecto retroactivo, los juicios risibles en su parcialidad
y últimamente en la moda de las “filtraciones” que ha permitido
a fiscales y jueces transformarse en actores políticos y mediáticos
de primera magnitud, twiteros con miles de seguidores y opinólogos
de cualquier tema o asunto. Todo esto mientras su capacidad para
transformar estos escándalos políticos y mediáticos, creados
artificialmente, no podían llegar a materializarse en fallos
fundamentados. La evidente parcialidad en el trato benévolo a
miembros de la izquierda política contrasta con el rigor aplicado a
los opositores.
Estamos
en presencia de una conducta reiterada que podemos pensar que forma
una cultura, una forma de ser, una identidad.
Se
siente venir un cambio de marea y alguna velas judiciales ya
comienzan a orientarse a los nuevos vientos. Podría sobrevenir una
tercera epifanía judicial en que, en forma súbita, los jueces y
fiscales se percataran que la verdad y la justicia se encontraban en
el otro bando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario