La
Primavera de los Patriotas,
por
Cristian Labbé Galilea.
Con
la llegada de septiembre los ánimos tienden a cambiar. Los mayores
nos ponemos alegres, mal que mal... pasamos agosto. Los más jóvenes
se complacen porque ven, en este periodo,feriados, aguinaldos,
circos, paradas y ramadas... Septiembre esta marcado por la primavera
y por las muchas cosas que como país nos han ocurrido en esta época
del año.
Por
eso es que, sin caer en chovinismos, siento un moderado optimismo
ante la situación política de nuestro atribulado país.
Abrigo
la esperanza de que septiembre y la primavera nos generen un
“rebrote” de las energías positivas.
Es
cierto, el país está funcionando por inercia: el apoyo al Gobierno
no supera el 15%, con lo cual la ciudadanía advierte que vamos a la
deriva; los políticos están absolutamente desprestigiados y los
partidos fraccionados por la falta de voluntad política y de
entereza para cimentar iniciativas que vayan más allá del provecho
de “pandillas políticas”.
A
pesar de todo, atisbo que algo puede pasar para que nos vuelva a
Gobernar la razón, la inteligencia, la estatura, la generosidad, el
sentido común y los intereses de la ciudadanía.
¿Será
que la primavera es una oportunidad propicia para remozarse y para
movilizar voluntades? Puede ser, pero más creo que las
circunstancias que vive el país, donde no hay dos diagnósticos (no
conozco a nadie que diga que vamos por buen camino), piden a gritos,
acciones novedosas, creativas, positivas, que no sean meros
contubernios que en definitiva no cambian nada.
Me resisto a la apatía: creo que
llegó la hora de la acción. Indiscutiblemente, no hay soluciones
mágicas, ni liderazgos mesiánicos. El camino es otro, debemos
constituir redes que, al igual que pequeños arroyos, confluyan entre
todos en un “gran torrente ciudadano” capaz de cambiar el curso
de los hechos.
Tenemos
importantes oportunidades en el horizonte. Dos elecciones, una de
carácter local, en las que debemos hacer sentir en ese primer nivel
el efecto de este “zumbido de descontento” para que quienes nos
han dado vuelta la espalda... sientan el costo de su traición.
La
segunda oportunidad serán las elecciones Parlamentarias y
Presidenciales, y ese es el momento en el que las redes deben
alcanzar su máxima intensidad.
Será
entonces cuando los “fastidiados partisanos”, constituidos en
tramas independientes, no partidistas, y en un tejido ciudadano sin
personalismos, podamos hacer valer los principios y valores de la
libertad, la verdadera democracia, el libre emprendimiento, el
respeto al orden, a la autoridad y a la pluralidad.
Vivimos
momentos cruciales, ¡primaverales!, y por eso esta es la oportunidad
para que, sin intereses personales, nos unamos en infinitas pequeñas
redes que luchen por las soluciones verdaderas a los problemas que
afectan a nuestra sociedad.
No
se necesitan nombres, firmas, fichas ni militancias, solo es
necesario tener valores y principios que reconozcan que en las
opciones sordas y soberbias de hoy no está la solución ni la
respuesta a nuestras contrariedades.
Estas
“primaverales redes de patriotas” deben ser la nueva fuerza
política nacional, única acción sensata que, nutrida desde la
base, se constituya en una histórica y democrática “primavera de
los patriotas”, insuperable camino ante tanto engaño, tanto
oscurantismo, tanta incoherencia y tanta confabulación de aquellos
que tuvieron en sus manos la posibilidad de hacer crecer al país.
(Tomado
de CHILE INFORMA,
boletín electrónico del periodista Fernando Martínez Collins de
hoy, 29 de agosto de 2016)
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