miércoles, 29 de mayo de 2013

¿ Porqué son Presos Políticos?






PRESOS POLÍTICOS.


Los hechos por los que están siendo juzgados los Militares y Carabineros —sin considerar el contexto histórico en el que ellos ocurrieron— son el resultado del fanatismo, del odio y de la validación por parte de ciertos sectores de izquierda de la violencia como método de acción política, lo que produjo el enfrentamiento entre chilenos y el quiebre de la democracia y del orden institucional de la República; obligando a las FF.AA. y de Orden a intervenir —a ruego de la gran mayoría de los chilenos— como último recurso para evitar la anarquía y la guerra civil.


Los hechos por los que se está juzgando a los Militares ocurrieron durante uno de los capítulos más dramáticos de la historia de Chile, dentro del marco de un enfrentamiento armado; y la lógica de las armas conlleva muertos, secuestrados, torturados, desaparecidos y abusados; en definitiva, dolor y sufrimiento.


Los Militares están siendo sometidos a una venganza de los sectores de izquierda, porque éstos ven en aquellos a quienes les impidieron consumar su proyecto totalitario. A los Militares se les está aplicando el lema “ni perdón ni olvido” y el “Derecho Penal del enemigo”, razón por la que se les condena sin respetárseles sus derechos Constitucionales y sus garantías procesales, que sí les fueron respetados a quienes llevaron a efecto acciones terroristas o de subversión armada.


Las resoluciones judiciales que condenan a los Militares son arbitrarias e ilegales, porque infringen diversas normas legales y principios, valores, derechos y garantías constitucionales.


Muchos Jueces no aplican, a sabiendas, normas expresas y vigentes (cometiendo el delito de prevaricación) o las aplican torcidamente; tales como la Ley de amnistía, la prescripción de la acción penal y la cosa juzgada.


Muchos Tribunales aplican errónea o abusivamente normas de derecho internacional y atropellan los principios de igualdad ante la Ley, legalidad, tipicidad, irretroactividad de la ley penal, culpabilidad, favorabilidad —aplicación de la Ley penal más benigna—, debido proceso, presunción de inocencia, etc.


La aplicación sesgada de la Ley y la negación para los militares de los derechos que ella consagra a todos los chilenos, sumada a la implacable, encarnizada e ilegal persecución de la Oficina del Programa de DD.HH. del Ministerio del Interior, transforma inevitablemente a los Militares y Carabineros privados de libertad en presos políticos.


Refuerza lo anterior el hecho de que la misma Justicia que condena a los miembros de las Fuerzas de Orden y Seguridad —que debieron pelear en defensa de la nación—, no alcanza a los terroristas que estas fuerzas debieron combatir.


Los veteranos del 73 están ante una especie de terrorismo jurídico que viola sus derechos humanos —cohonestado por el Gobierno a través de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y del Ministerio de Justicia, que les niega beneficios penitenciarios y que no ha accedido a otorgar los indultos humanitarios solicitados por condenados privados de libertad de avanzada edad y gravemente enfermos--; ante una justicia prevaricadora, monstruosa, diabólica, perversa y vindicativa que, apartada del derecho, vulnera gravísimamente principios, valores y garantías constitucionales, lo que agravia la dignidad de la República y atenta contra la democracia y el Estado de Derecho.


Los Militares del 73 están sometidos a juicios espurios, a procesos judiciales que son meras vías de hecho con apariencia jurídica. Las sentencias dictadas en contravención a la Constitución y a las Leyes son solo una expresión de fuerza Estatal. Las sentencias condenatorias así dictadas adolecen de un vicio de nulidad de derecho público (pues contravienen las normas de los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de la República). Los Militares que están privados de libertad en razón de tales sentencias están secuestrados por el Estado.


A los Militares no se les hace justicia, sino que se les condena, sea como sea.


Lamentablemente, tamaña corrupción no conmueve a nadie. Sobre esto nadie habla. La sociedad guarda silencio, en general por ignorancia. Y la dirigencia política también guarda silencio, pero este silencio es doloso.


Adolfo Paúl Latorre, Viña del Mar, 29 de mayo de 2013.

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