miércoles, 13 de agosto de 2014

Elogio del terrorismo.



Elogio del terrorismo.



Héctor Maturana Urzúa, uno de los "fusileros" del FMR que participó en el atentado contra el general Augusto Pinochet y asesinó, posteriormente, a un oficial de Carabineros, regresó a la comodidad de Bélgica, después de visitar y pasear por Chile durante un mes. En Santiago quedan 62 presos políticos militares, encarcelados en Punta Peuco; uniformados que nos salvaron del terrorismo comunista. 



¡Qué injusto y trágico destino, el que sufren éstos y los otros! Es el pago de Chile.




La Tercera, aquella cadena de medios de comunicación, propiedad de un empresario de derecha, pero controlada por editores y periodistas al servicio de la izquierda, publicó un reportaje extremadamente condescendiente, elogioso y laudatorio, sobre "El regreso del fusilero" Maturana Urzúa, a territorio nacional: un elemento reclutado por el Frente; un subversivo que disparó el 7 de septiembre de 1986, sobre la comitiva del Presidente Pinochet, en el atentado que costó la vida a cinco de sus escoltas.



Pero como el intento de magnicidio fracasó, el Partido Comunista "sacó" a Maturana llevándolo a Argentina y luego a Vietnam, donde recibió instrucción militar avanzada. De allí, de aquel país asiático, salió como "jefe de pelotón" y vivió en Cuba, regresando a nuestro país pocos años después. En marzo de 1989, estuvo en Los Queñes. Según relata la crónica, este individuo fue objeto de un control de identidad por Carabineros de civil en la ciudad de Talca. Él disparó dos veces "un tiro para herir y otro para rematar. El teniente Juan Carlos Amar quien murió de su mano, pero aún así Maturana fue capturado. 'No me arrepiento de nada' " aseguró el retornado.



Fue recluido en la Penitenciaría y luego en la cárcel de Santo Domingo. Inició, junto a otros de sus compinches, un ayuno para lograr que Patricio Aylwin conmutase su pena. Producto de la "Leyes Cumplido" fue "extrañado" por Eduardo Frei en 1994 y se instaló en Bélgica junto a su familia. El gobierno de dicho país le concedió una pensión equivalente a la que reciben los ex combatientes de esa nación que participaron en la llamada Resistencia, dinero que le permitió vivir cómodamente a Maturana, con todas las garantías propias un ciudadano belga más: con sueldo y educación gratuita para sus hijas.



Ya volvió a localidad de Willebroek, norte de Bruselas, donde se afincó hace diez años. Muchos no creen que él vaya a retornar definitivamente a Chile. Al igual que muchos de los denominados extrañados o exiliados. 



"El retorno de un fusilero" un reportaje redactado en tono casi épico, donde los militantes del FMR adquieren una especie de estatura de "héroes populares" en circunstancias que, ellos, lo que pretendían era desencadenar la guerra civil y el violento derrocamiento del Régimen Militar. La vida de Maturana, ingresado al Frente a los 17 años de edad, lo prueba. Él precisa: "No me arrepiento de nada" no obstante que participó en el atentado del Cajón del Maipo y en el fracaso de Los Queñes, donde cae el jefe del FMR, Raúl Pellegrin, el comandante "José Miguel" y "Tamara", Cecilia Magni. 



El inefable diputado Sergio Aguiló presentó un proyecto de ley que pondría fin a la figura del "extrañamiento" aunque dicha iniciativa, según consigna La Tercera, nunca salió de la Comisión de Constitución, pero puede ser reactivada en cualquier momento. "Su colega el abogado Hugo Gutiérrez (...) opina que la solución no va por el camino legislativo sino Ejecutivo, y que ya le planteó el tema al ministro José Antonio Gómez"



Como señalara Hermógenes Pérez de Arce: en Chile se hace lo que quiere el Partido Comunista. De modo tal que, en un breve lapso, no sería raro contemplar la derogación de parte de las llamadas Leyes Cumplido, para beneficiar a los terroristas. Porque tienen presencia en los medios, que como La Tercera, les entrega espacio para que el plumario de turno, les endilgue las loas y alabanzas de rigor.



¿Qué pasó con los soldados y carabineros que combatieron al FMR, MIR y Lautaro? Porque todos ellos -los subversivos-, tuvieron debido proceso. No así los militares. Porque para enjuiciarlos, la Concertación creó la ficción jurídica del "secuestro permanente" y aún hoy, veinte años después de la administración Aylwin, se les sigue juzgando conforme tal invención.



No conformes con lo anterior, en el 99% de los casos, nunca se aplicó a los militares, la Ley de Amnistía, por el tribunal superior, aunque algunos jueces de Corte lo hicieran. No tuvieron debido proceso, se les juzgó, a muchos, recurriendo a testigos falsos, gente que dice que "supo o escuchó qué"; en el 99% no se aplicó el principio pro reo ni la cosa juzgada.



Y como si esto no bastase, Piñera - candidato engañó a los familiares, prometiendo que los uniformados recibirían las garantías propias del Estado de Derecho ¡y traicionó la palabra de honor empeñada en el Círculo Español!



Peor aún. El Ministerio del Interior, Rodrigo Ubilla mediante, activó cerca de un millar de causas, y hoy decenas de militares en retiro, aguardan turno para ingresar a Punta Peuco: un general (r) de la FACH, un hombre de 88 años de edad, acaba ser internado en ese recinto. Serían 62 los presos entonces.



La Cámara, por su parte, aprobó dos proyectos: uno para cerrar dicho penal y otro para degradar y quitar beneficios a los militares al momento de su condena en casos por DD.HH.




Como se puede apreciar, los terroristas están libres, tienen redes de apoyo, proporcionadas por la izquierda local e internacional, reciben buenos sueldos, educación y beneficios múltiples. Los militares, muy escasas o casi ninguna de las garantías de las cuales goza cualquier preso común en Chile. Para ellos: nada. 



Su promedio de edad 70-80 años y el precario estado de salud, vaticinan que varios de ellos, dos o tres al menos, tienen una expectativa de vida que se mide en meses. NO en años. En meses.




¿La derecha hizo algo por aliviar la carga de penas ejemplares, como dicen? No. El propio Piñera desdeñó la propuesta de la Iglesia Católica para la reconciliación. A cambio de ello soltó presos comunes, varios de estos implicados en casos de tráfico de drogas. 



Los militares, recibieron órdenes imposibles de desacatar, conforme su juramento. Y allí están: presos de por vida. Víctimas de la revancha de esa izquierda odiosa que intentó destruir las libertades elementales de Chile y de la cobardía de los políticos pusilánimes de la derecha que hoy reniegan de sus principios, de su propio pasado y se entregan vilmente a los verdugos del mañana. 


Los militares conservan su honor. Estos políticos de la derecha, NO. 



Tomado de http://despiertachile.cl

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