Elogio del terrorismo.
Héctor Maturana
Urzúa, uno de los "fusileros" del FMR que participó en el atentado
contra el general Augusto Pinochet y asesinó, posteriormente, a un
oficial de Carabineros, regresó a la comodidad de Bélgica, después de
visitar y pasear por Chile durante un mes. En Santiago quedan 62 presos
políticos militares, encarcelados en Punta Peuco; uniformados que nos
salvaron del terrorismo comunista.
¡Qué injusto y trágico destino, el que sufren éstos y los otros! Es el pago de Chile.
La
Tercera, aquella cadena de medios de comunicación, propiedad de un
empresario de derecha, pero controlada por editores y periodistas al
servicio de la izquierda, publicó un reportaje extremadamente
condescendiente, elogioso y laudatorio, sobre "El regreso del fusilero"
Maturana Urzúa, a territorio nacional: un elemento reclutado por el
Frente; un subversivo que disparó el 7 de septiembre de 1986, sobre la
comitiva del Presidente Pinochet, en el atentado que costó la vida a
cinco de sus escoltas.
Pero como el intento de magnicidio fracasó, el
Partido Comunista "sacó" a Maturana llevándolo a Argentina y luego a
Vietnam, donde recibió instrucción militar avanzada. De allí, de aquel
país asiático, salió como "jefe de pelotón" y vivió en Cuba, regresando a
nuestro país pocos años después. En marzo de 1989, estuvo en Los
Queñes. Según relata la crónica, este individuo fue objeto de un control
de identidad por Carabineros de civil en la ciudad de Talca. Él disparó
dos veces "un tiro para herir y otro para rematar. El teniente Juan
Carlos Amar quien murió de su mano, pero aún así Maturana fue capturado.
'No me arrepiento de nada' " aseguró el retornado.
Fue recluido en la Penitenciaría y luego en la
cárcel de Santo Domingo. Inició, junto a otros de sus compinches, un
ayuno para lograr que Patricio Aylwin conmutase su pena. Producto de la
"Leyes Cumplido" fue "extrañado" por Eduardo Frei en 1994 y se instaló
en Bélgica junto a su familia. El gobierno de dicho país le concedió una
pensión equivalente a la que reciben los ex combatientes de esa nación
que participaron en la llamada Resistencia, dinero que le permitió vivir
cómodamente a Maturana, con todas las garantías propias un ciudadano
belga más: con sueldo y educación gratuita para sus hijas.
Ya volvió a localidad de Willebroek, norte de
Bruselas, donde se afincó hace diez años. Muchos no creen que él vaya a
retornar definitivamente a Chile. Al igual que muchos de los denominados
extrañados o exiliados.
"El retorno de un fusilero" un reportaje redactado
en tono casi épico, donde los militantes del FMR adquieren una especie
de estatura de "héroes populares" en circunstancias que, ellos, lo que
pretendían era desencadenar la guerra civil y el violento derrocamiento
del Régimen Militar. La vida de Maturana, ingresado al Frente a los 17
años de edad, lo prueba. Él precisa: "No me arrepiento de nada" no
obstante que participó en el atentado del Cajón del Maipo y en el
fracaso de Los Queñes, donde cae el jefe del FMR, Raúl Pellegrin, el
comandante "José Miguel" y "Tamara", Cecilia Magni.
El inefable diputado Sergio Aguiló presentó un
proyecto de ley que pondría fin a la figura del "extrañamiento" aunque
dicha iniciativa, según consigna La Tercera, nunca salió de la Comisión
de Constitución, pero puede ser reactivada en cualquier momento. "Su
colega el abogado Hugo Gutiérrez (...) opina que la solución no va por
el camino legislativo sino Ejecutivo, y que ya le planteó el tema al
ministro José Antonio Gómez"
Como señalara Hermógenes Pérez de Arce: en Chile se
hace lo que quiere el Partido Comunista. De modo tal que, en un breve
lapso, no sería raro contemplar la derogación de parte de las llamadas
Leyes Cumplido, para beneficiar a los terroristas. Porque tienen
presencia en los medios, que como La Tercera, les entrega espacio para
que el plumario de turno, les endilgue las loas y alabanzas de rigor.
¿Qué pasó con los soldados y carabineros que
combatieron al FMR, MIR y Lautaro? Porque todos ellos -los subversivos-,
tuvieron debido proceso. No así los militares. Porque para
enjuiciarlos, la Concertación creó la ficción jurídica del "secuestro
permanente" y aún hoy, veinte años después de la administración Aylwin,
se les sigue juzgando conforme tal invención.
No conformes con lo anterior, en el 99% de los
casos, nunca se aplicó a los militares, la Ley de Amnistía, por el
tribunal superior, aunque algunos jueces de Corte lo hicieran. No
tuvieron debido proceso, se les juzgó, a muchos, recurriendo a testigos
falsos, gente que dice que "supo o escuchó qué"; en el 99% no se aplicó
el principio pro reo ni la cosa juzgada.
Y como si esto no bastase, Piñera - candidato engañó
a los familiares, prometiendo que los uniformados recibirían las
garantías propias del Estado de Derecho ¡y traicionó la palabra de honor
empeñada en el Círculo Español!
Peor aún. El Ministerio del Interior, Rodrigo Ubilla
mediante, activó cerca de un millar de causas, y hoy decenas de
militares en retiro, aguardan turno para ingresar a Punta Peuco: un
general (r) de la FACH, un hombre de 88 años de edad, acaba ser
internado en ese recinto. Serían 62 los presos entonces.
La Cámara, por su parte, aprobó dos proyectos: uno
para cerrar dicho penal y otro para degradar y quitar beneficios a los
militares al momento de su condena en casos por DD.HH.
Como se puede apreciar, los terroristas están libres, tienen redes de
apoyo, proporcionadas por la izquierda local e internacional, reciben
buenos sueldos, educación y beneficios múltiples. Los militares, muy
escasas o casi ninguna de las garantías de las cuales goza cualquier
preso común en Chile. Para ellos: nada.
Su promedio de edad 70-80 años y el precario estado
de salud, vaticinan que varios de ellos, dos o tres al menos, tienen una
expectativa de vida que se mide en meses. NO en años. En meses.
¿La derecha hizo algo por aliviar la carga de penas
ejemplares, como dicen? No. El propio Piñera desdeñó la propuesta de la
Iglesia Católica para la reconciliación. A cambio de ello soltó presos
comunes, varios de estos implicados en casos de tráfico de drogas.
Los militares, recibieron órdenes imposibles de
desacatar, conforme su juramento. Y allí están: presos de por vida.
Víctimas de la revancha de esa izquierda odiosa que intentó destruir las
libertades elementales de Chile y de la cobardía de los políticos
pusilánimes de la derecha que hoy reniegan de sus principios, de su
propio pasado y se entregan vilmente a los verdugos del mañana.
Los militares conservan su honor. Estos políticos de la derecha, NO.
Tomado de http://despiertachile.cl
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