La "Justicia
revolucionaria" y la derecha,
Hermógenes Pérez de Arce.
La derecha está muerta, qué duda cabe. Lo dicen todos. Lo dice ella
misma. Pero es un cadáver que tiene la facultad de hablar, aunque en voz
inaudible (por ejemplo, en este blog). Y este singular cadáver también tiene
otra facultad notable: la de seguirse desmayando, pese a estar muerto.
Ahora la extinta anuncia su próximo desvanecimiento, que tendrá lugar
cuando la izquierda, hoy por hoy dueña del país (con una sola excepción, las
cinco Comunas del "barrio alto", que votan más del 70% por la
difunta) nombre como Ministro de la Corte Suprema al principal adalid y
precursor de las ilegalidades, inconstitucionalidades y arbitrariedades
cometidas por el poder Judicial contra los presos políticos militares, Carlos
Cerda.
Un monumental y espléndido libro de 637 páginas, del abogado Adolfo Paúl Latorre,
titulado "Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos:
inconstitucionalidades, arbitrariedades e ilegalidades", da cuenta del
mayor escándalo Judicial de nuestro tiempo, constituido por los atropellos de
los Jueces de izquierda al debido proceso con tal de meter presos a los
militares que frustraron la asonada totalitaria de 1970-73. En "El
Mercurio" han aparecido cartas de abogados elogiando ese libro y hasta su Subdirector,
Francisco José Folch, le dedicó un comentario, sugestivamente titulado "El
Libro Destinado a No Ser Conocido", pues Chile se ha convertido en un país
en que, oficialmente, la basura debe ser barrida debajo de la alfombra. El
resto es silencio y, se espera, "tras la última paletada, nadie dijo
nada... nadie dijo nada...", pues Chile debe ser, de manera oficial y
pública, el país políticamente correcto donde más se perdona a todos los
terroristas y se mete presos a todos los militares que impidieron convertirlo
en otra Cuba.
Bajo el Gobierno Militar, Carlos Cerda ya contravenía las Leyes en
perjuicio de los militares procesados. Hasta resistía el cumplimiento de
órdenes emanadas de la Corte Suprema. Cuando era inminente que esto le
significaría quedar en lista 4 y ser marginado de la Judicatura, sus
influencias se movilizaron para salvarlo. Un connotado Ministro de derecha
"lo salvó". Posteriormente la izquierda se hizo del poder y dominó
sin contrapeso la Judicatura, excluyendo a Magistrados rebeldes que aplicaban
las Leyes, como la Ministro Raquel Camposano, unánimemente considerada una gran
Juez, "una Jueza ciento por ciento... nadie la va a influir ni
acobardar", decía de ella la periodista Raquel Correa. Por supuesto, con
esos antecedentes la izquierda no podía permitir que llegara a la Suprema.
Ella, justamente ("La Segunda", 8 de diciembre), dice que pese
a ser amiga de Carlos Cerda, considera que no debería ser nombrado, porque él
estima que la Ley no debe acatarse si contraría su propio parecer. Esto ha sentado
doctrina en Chile y los Jueces de izquierda hacen lo que les ocurre. Se ríen de
las Leyes y de los propios hechos. Veamos un caso que relata la propia ex
Ministro Camposano, sobre un proceso a un militar: "Yo estuve en la
defensa de uno de ellos, después de leer todos los antecedentes y convencerme
de que no había tenido participación. Son varias las cosas que le imputan.
Bueno, en una dictan sentencia. Yo leo el fallo, lo requeteleo y no hay una
sola prueba, porque a él lo condenan por haber dado orden de matar a alguien.
No hay una sola prueba de que dio la orden. Y lo acreditan porque fulano dice
'ah, sí, yo supe que estuvo aquí'. Ninguno lo vio; supo, le contaron. Nadie
dice que él dio la orden, nadie lo oyó dar la orden. Pero lo condenan".
En cambio la nueva Justicia garantista deja libres a los terroristas aunque
se hayan reunido miles de pruebas en su contra. Y todos seguirían libres si a
un par de ellos no los hubieran pillado colocando bombas en España.
Y entonces la derecha va a premiar ese estado de cosas que ha consagrado
la izquierda en el Poder Judicial y les va a dar un voto más a los
perseguidores de los soldados que salvaron a Chile. Porque he leído en "El
Mercurio" de hoy que los Senadores Carlos Larraín (of all people), Alberto
Espina y Lily Pérez se aprestan a votar a favor de que se nombre a Carlos
Cerda, el precursor e inspirador de la mayor vergüenza Judicial de nuestro
tiempo. "Hizo méritos" apresando a la familia Pinochet en el caso
Riggs, familia que quedó finalmente libre de cargos. Hizo apresar a Lucía
Pinochet por delito tributario. Al respecto dice la ex Ministro Camposano:
"...procesa a Lucía Pinochet por un delito tributario, pasando a llevar el
Código Tributario, que dice que esos juicios se pueden comenzar solamente por
la acción que Impuestos Internos entable. Un Juez por sí solo, un particular,
no puede. Y Carlos, muy tranquilamente, lo entabló contra Lucía Pinochet".
Esta última quedó finalmente absuelta, como toda su familia.
Memorable fue la escena en que Cerda va a interrogar al ex Presidente, ya
anciano y disminuido por la enfermedad, y comienza preguntándole, revestido de
toda la majestad, seriedad e imparcialidad de la Justicia: "Ahora cuénteme
sus diabluritas".
Entonces ahora la derecha se apresta a premiar sus desvaríos con el
máximo galardón Judicial, en medio del aplauso marxista. ¿Qué importa este
nuevo desfallecimiento político y moral, si las denuncias están sólo en un blog
de mala muerte, se vocean en un club de viejos oficiales en retiro y sólo se
registran para la historia en un libro "destinado a no ser conocido"?
Derecha de los mil renuncios, si te moriste, te lo tenías merecido. Y si,
después de muerta, te vas a seguir desmayando y haciéndole tanto daño a la
moral social, entonces mereces volver a morirte otra vez y para siempre.
( Tomado de http://cardenaldo.blogspot.com )
Nota de la Redacción:
Esta es la parte pertinente de la entrevista a la ex Magistrado Raquel
Camposano que cita Hermógenes Pérez de Arce en el interesante artículo que
precede a esta nota del editor:
Y usted conoció a Carlos Cerda?
“¡Muucho, mucho! Con Carlos éramos bien compinches. Le tengo mucho cariño
a Carlos Cerda Fernández (el candidato a la Suprema de la Nueva Mayoría), que
es Ministro de la Corte de Apelaciones, que no lo quieren nombrar y con justa
razón, a mi manera de ver”.
-¿Por qué con justa razón?
“Porque Carlos dice que un Juez no debe acatar la Ley cuando ve que esa Ley
no está de acuerdo con los principios fundamentales de la Constitución
Política. Entonces, resulta que yo Juez, en lugar de aplicar la Ley, digo
"ah, no, esta Ley no". Para eso está el Tribunal Constitucional, ¿no
es cierto? Uno debe aplicarla, nomás. Y en el hecho, él ha hecho eso. Y le digo
por qué: Yo no sé si usted se recuerda, él tenía un proceso contra Pinochet”.
-Y tomó detenida a la familia.
“Sí, pero a lo que voy yo: procesa a la Lucía Pinochet por un delito
tributario, pasando a llevar el Código Tributario que dice que esos juicios
solamente se pueden comenzar por la acción que Impuestos Internos entable. Un Juez
por sí, solo, o un particular, no puede. Y Carlos, muy tranquilamente, lo
entabló contra la Lucía Pinochet. Yo siempre le decía: "Eres una bellísima
persona, pero tan llevado de tus ideas". Carlos es un hombre lo más
preparado que usted se pueda imaginar. Ya quisiera yo tener la formación
académica suya. Es un hombre más culto que lo corriente en la preparación
académica, pero con esas ideas locas”.
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