La Corte Suprema de in-Justicia se
refuerza en su tendencia izquierdista y continua
llenándose de Jueces
prevaricadores que aplican la Legislación para favorecer
solamente a los zurdos
y para los otros no aplica las Leyes vigentes.
Un Poder Que No Responde Ante Nadie,
por Hermógenes Pérez de Arce.
En Chile la izquierda se ha hecho de todos los poderes (Ejecutivo,
Legislativo y Judicial) y, como no debe responderle a nadie, los ejerce
sin cortapisas.
Un Juez de izquierda, cuyo nombre no capté (pues la noticia sólo la dio la TV y
no la recogieron los diarios) ha condenado a 15 años y un día a un militar
fallecido, por mantener secuestrada a una persona de extrema izquierda desde
hace decenas de años. Es decir, nuestra “Justicia” (“risas en la sala”) ordena
que un cadáver sea llevado a presidio hasta 2029 porque ha incurrido en el
delito de mantener hasta ahora privado de libertad a un sujeto al cual, implica
el fallo, ha mantenido en esa condición por decenas de años. La sentencia, ya
ejecutoriada, no explica cómo el muerto se llevó a su prisionero a la tumba y
lo mantiene ahí.
Estas cosas pueden hacerlas los Jueces porque para ellos no hay
“accountability”, es decir, no le responden a nadie. Posiblemente después
sostengan que el cadáver actuaba como “agente del Estado” al mantener
secuestrado por tantos años al extremista de izquierda, y, por tanto, que el
Estado debe pagar una indemnización de muchos millones de pesos a los
familiares del secuestrado. Y el Estado va a pagar, porque esto es, en
definitiva, un negocio, y sospecho que los más beneficiados por él son los
abogados de izquierda, que saben que, para emplear un término futbolístico en
las proximidades del Mundial, es cuestión de “chutear y abrazarse”. Presentan
cualquier querella, su correligionario el Juez condena al militar mencionado en
ella, esté vivo o muerto, y después es cuestión de “pasar por la caja”.
Nuestros Jueces de izquierda están cada vez más parecidos a sus similares del
régimen nazi en Alemania, de quienes han quedado filmaciones donde, tras
condenar a los procesados por disentir del régimen, los cubrían de insultos. En
el Apéndice del libro más importante de 2013, “Procesos Sobre Derechos Humanos:
Ilegalidades, Arbitrariedades, Inconstitucionalidades”, de Adolfo Paúl Latorre,
pueden leerse sentencias insólitas, entre ellas una de la sala penal de la
Corte Suprema que habla del Gobierno Militar como de un conjunto de uniformados
“sublevados”, haciendo recordar los insultos de los Magistrados nazis; y que no
tiene inconvenientes en condenar a cinco años y un día a cinco uniformados por
un secuestro tan inexistente como el que hasta hoy estaría perpetrando el
cadáver que cumplirá quince años y un día. Justamente el origen del libro de
Paul Latorre, un abogado que es marino en retiro, está en ese juicio, pues uno
de los condenados era camarada suyo en la Armada y comprobadamente estaba en
Viña del Mar en la fecha en que la sentencia de los supremos lo sitúa como
autor de un secuestro en Talcahuano, sobre la base de presunciones que no
cumplieron ninguno de los requisitos que el código les impone para poder servir
de base parta una prueba. Todo ello lo indujo a investigar el tema y el fruto
de ello es el excepcional libro de 700 páginas y ya con dos ediciones.
Lo notable del caso que conmovió a Paul es que antes de llegar a la sala penal
de izquierda de la Corte Suprema, el sustanciador de primera instancia y la
Corte de Apelaciones habían condenado a sólo 541 días, y de pena remitida, es
decir, que se cumpliría en libertad, a los uniformados que en Talcahuano
habrían apresado a quien se sindica como víctima del secuestro. Era obvio para
esos Jueces que un hecho acaecido hace décadas, amnistiado y prescrito, y
atribuido a sus supuestos autores sólo por presunciones febles, no podía dar
lugar a una condena de presidio efectivo. Sólo el odio, el revanchismo y la sed
de venganza, amparadas en la certeza de una completa impunidad, podía llevar a
la sala penal de izquierda a imponer cinco años y un día de presidio efectivo a
los procesados.
Y conste
que el entonces Presidente de la Corte Suprema, integrante de la sala penal,
Milton Juica, fue del parecer de elevar la condena a diez años y un día. Eso lo
dice todo.
¿Quién controla a los Jueces? La Corte Suprema, más de izquierda y menos
constreñida a respetar las Leyes que sus subalternos. ¿Ante quién responden los
Jueces? Ante ella; es decir, sólo pueden temer si observan la Legalidad. Es que
la dictadura Judicial, bajo la cual estamos viviendo en Chile, “es la única que
no tiene remedio”, como escribió Alexis de Tocqueville. Y por eso es posible
que un muerto sea condenado a presidio, que la sentencia respectiva implique
que él todavía, en la ultratumba, mantiene privado de libertad a un
secuestrado, y que no suceda absolutamente nada y la monstruosidad ni siquiera
merezca ser publicada en los diarios.
Nota de la Redacción:
Lamentablemente todos los Poderes del Estado y la prensa están en las manos de los mismos que hoy se han encaramado nuevamente en La Moneda, desde donde usan todos los medios existentes para seguir falseando nuestra historia reciente y para apernarse indefinidamente en el Gobierno. La mejor definición que se puede hacer de la situación que estamos viviendo es que vivimos en una verdadera dictadura "Constitucional" y nos acercamos, a pasos agigantados a una tiranía roja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario