Si el país hubiese
escuchado las advertencias de
HPDA en este libro
otra historia estaría cantando
a los chilenos y
nos hubiésemos ahorrado
grandes dolores de
cabeza. Si encuentra este
documento léalo le
ayudará a entender muchas
cosas.
Caen Más
Cabezas de Cerebros Lavados,
por Hermógenes Pérez de
Arce.
Lo que ha pasado en Chile en el último mes y
tanto es como si los nazis hubieran resuelto hacer películas sobre la Segunda
Guerra Mundial mostrando exclusivamente los efectos sobre mujeres y niños de
las bombas de fósforo que los aliados dejaron caer sobre Dresden y Hamburgo o
las atómicas de los norteamericanos sobre Hiroshima y Nagasaki, hacia el final
del conflicto. Las imágenes de seres inocentes quemados por los aviones aliados
habrían concentrado el argumento. ¡Qué horrores cometieron! Y ahora imaginemos
que Winston Churchill y Harry Truman hubieran visto esas películas y se
hubieran horrorizado al extremo y salido a pedir perdón por lo que habían hecho
durante la Segunda Guerra, y hubieran terminado condenados por la opinión
pública mundial por eso. Pues las películas habrían ocultado, por supuesto,
todo lo que hicieron los nazis y los japoneses, el Holocausto, el ataque a
mansalva a Pearl Harbour y todo o demás.
Bueno, eso mismo ha acontecido en Chile en
septiembre y octubre. La izquierda, soberana de los medios de comunicación
masivos, preparó películas de horror ad hoc sobre la represión de las Fuerzas
Armadas, ocultando por completo su armamentismo y los crímenes del terrorismo
de extrema izquierda, la organización de un ejército revolucionario, los
atropellos a los derechos humanos durante la UP, incluyendo asesinatos y
torturas. De lo que se trataba era de mostrar el horror de un solo lado.
Resultado: Los espíritus débiles cayeron
redondos. Sebastián Piñera vio las teleseries marxistas y salió despavorido a
los medios a poner distancia entre lo que más le importa en el mundo (él mismo)
y todos esos horrores de los militares. Lanzó lo de los "cómplices
pasivos", condenando a la propia gente que trabaja en su Gobierno y a la
mayoría de la que votó por él. Naturalmente, como no da puntada sin hilo, sabía
que el lavado cerebral marxista le garantizaba que una mayoría iba a apoyar
esta nueva vuelta de chaqueta (porque él se había pasado del "No" al
"Sí" en 1989, como generalísimo de Hernán Büchi). No contento con eso
empezó a rumiar la manera de ponerle otros clavos a la cruz de los presos
políticos militares y a hablar de suprimir el penal "Cordillera", porque
las encuestas decían que la mayoría apoyaba eso. Y finalmente lo hizo,
consumando una...(el nombre lo ponen ustedes) a la familia militar a la cual
durante su campaña prometió debido proceso, juicios más rápidos y aplicación de
la prescripción. Además agregó la injuria al daño, pues los trató de
"criminales violadores de derechos humanos", permitió que la bandera
de la hoz y el martillo flameara sobre el portón del penal Cordillera en la
víspera del cierre y que el traslado de los ancianos, enfermos e ilegalmente
condenados se hiciera bajo una lluvia de piedras comunistas. Todo en consonancia
con las políticas de su Gobierno, que ha triplicado las querellas contra esos
"walking dead", los más débiles e indefensos de nuestra sociedad,
contra quienes todo abuso es posible. Funcionarios de su confianza comunistas y
socialistas activaban más querellas desde el Instituto de Derechos Humanos del
Ministerio del Interior; su hombre de confianza mirista en el Instituto Médico
Legal aportaba lo suyo y el Museo de la Memoria Tuerta, con amplio presupuesto,
acaparaba visitas, mientras un General y caballero octogenario que cumplía
condena siendo inocente (aparte de haber tenido derecho a causales de extinción
de responsabilidad) ponía fin a sus días y era inhumado sin contar siquiera con
la solidaridad de la institución a la cual sirvió, hoy completamnte sojuzgada
por el marxismo dominante en la política, las comunicaciones, la Justicia y la
Historia Oficial.
Siguen rodando cabezas de cerebros lavados.
Ayer el dirigente RN Daniel Platovsky ha renunciado públicamente a su
colectividad, porque eso se justifica "muy especialmente durante
septiembre, reflexionó", y "explica que un factor decisivo fue todo
el debate detonado a raíz de los 40 años del Golpe Militar, y muy especialmente
el impacto del desmarque del Jefe del Estado del ala pinochetista de la
derecha".
Todo esto trae y traerá cada vez más
consecuencias. El domingo leía en "La Tercera" la columna del
economista Sebastián Edwards y allí me enteré de otro viraje decidor. Edwards
había sido crítico del Gobierno de Piñera por no haber consumado las
modernizaciones neoliberales de la "Agenda de Impulso Competitivo"
planteadas por el Ministro de Economía Juan Andrés Fontaine, y había puesto el
grito en el cielo cuando se le pidió la renuncia a éste. Pero ahora ha iniciado
un giro en el otro sentido, y en sus actuales propuestas me he encontrado con
la de "una Constitución legítima". Como si de nada valiera todo lo
que dijo Ricardo Lagos acerca de lo democrática y legítima que él había dejado
la que nos rige, cuando logró poner su nombre en vez del de Pinochet al pie de
ella, después de las reformas de 2005. Bueno, el mismo Lagos ahora también
viró, y tal como hubo un Aylwin I y un Aylwin II, ahora tenemos un Lagos II, que
está en la onda de la Asamblea Constituyente. Y se acumulan profesores para
justificar que ella sea establecida mediante un decreto. ¡Y lo van a hacer!
Tanto que un Tribunal de Justicia "condenó" a unos procesados a
cumplir trabajos comunitarios consistentes en hacer propaganda a la ¡Asamblea
Constituyente!
Ruedan y rodarán más cabezas de cerebros
lavados, a quienes las películas de horror de la izquierda, hoy ya desembarcada
de la vía armada y convertida en "víctima inocente"; ya olvidada de
la dictadura del proletariado y convertida al credo democrático, que será
dictado por "el poder originario", el pueblo, por mayoría simple, tan
simple que puede ser reclutada mediando sólo algunas películas en horario prime
de la TV.
¿Hasta cuándo seguirán rodando cabezas de
cerebros lavados? Hasta que ya no quede ninguno sin lavar. Vea al próximo
episodio, a partir del 11 de marzo.
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