Cinismos de la
Dictadura Judicial,
por Hermógenes Pérez de Arce.
Tocqueville decía que la
dictadura de los Jueces es la peor de todas, porque es la única que no tiene
remedio. En efecto ¿a quién se recurre ante los atropellos de los Jueces de
izquierda? A otros jueces de izquierda o a tribunales colegiados con mayoría de
izquierda. En otras palabras, en Chile no hay adónde recurrir.
La dictadura Judicial
en materia de derechos humanos ya ha propasado todo límite, y atropellado
reiteradamente los propios derechos humanos de los militares, en particular de
octogenarios enfermos, condenados ilegalmente y a los cuales ni siquiera se les
reconoce sus beneficios carcelarios. Y, además, dicha dictadura Judicial está
más cínica que nunca.
Pues el cinismo,
según la Real Academia, “es la desvergüenza en el mentir o en la defensa y
práctica de acciones o doctrinas vituperables”. Bueno, nuestra Justicia de
izquierda, partiendo por la mayoría de la “sala penal” de la Corte Suprema
hacia abajo, ha hecho públicos y reiterados ejercicios de cinismo, pero
últimamente ha batido sus propias marcas en dos casos.
Así, en el juicio
politizado mediante el cual un Juez de triste memoria (y que ha quedado en el
basurero de la historia) decretara el desafuero del Senador Pinochet, ese
singular “Magistrado” debió pasar por sobre todas las Leyes, la verdad de los
hechos y las pruebas del proceso, en el estudio del cual me especialicé, tanto
que escribí en 2001 un libro, al respecto, “La Verdad del Juicio a Pinochet”,
que estuvo largamente entre los más vendidos y mereció tres ediciones, con un
total de 4.500 ejemplares, sin ser jamás refutado circunstanciadamente.
Como es sabido y está probado, ni el General
Pinochet ni su delegado, el General Arellano, que encabezó una comitiva que
tenía por misión regularizar y acelerar los juicios militares en octubre de
1973, tuvieron nada que ver con fusilamientos ilegales que se perpetraron en
algunos de los lugares que ella visitó. Bueno, pero como estamos en Chile y de
lo que se trataba, por parte de la izquierda, era de “condenar por los diarios”
a Pinochet, obedeciendo la consigna dictada por Brezhnev y el KGB, en el hecho
no hubo un verdadero juicio. Por algo hace poco habían transcurrido, desde que
se inició (sin base legal alguna) en 1998, dieciséis años sin sentencia de
término.
En él, el ex Presidente y ex Senador
fue sobreseído por muerte. Su General delegado también lo ha sido en un
proceso, que está en las manos de un enésimo Ministro sumariante (en este caso,
“enésima”, Patricia González). Pero ni ella ni sus antecesores han cumplido el
mandato Legal expreso del artículo 107 del Código de Procedimiento Penal, que
les ordena examinar si existe una causal de extinción de la responsabilidad
para, en caso afirmativo, poner inmediato término al juicio. En éste hay a lo
menos dos causales, la amnistía y la prescripción, pero no se aplican, porque
la Ley penal para los militares no rige.
Bueno, han pasado quince años de esa
situación de atropellos increíbles, políticamente motivados, y hace unos días
leí que un Comandante, a quien en mi libro señalé como responsable directo de
55 fusilamientos ilegales perpetrados al margen de todo conocimiento u orden de
los Generales Arellano o Pinochet, ha sido por fin condenado (también
ilegalmente, porque se trata de delitos amnistiados y prescritos) ¡a una pena
remitida! Es decir, el principal responsable de las muertes que les achacaron a
Arellano y Pinochet no pasará un día en la cárcel.
Hasta la gordita Madeleine Albright,
Secretaria de Estado norteamericana de paso por Santiago, se permitió decir que
Pinochet estaba “bien procesado”, porque para ella, una izquierdista, era lo
políticamente correcto. Y resulta que el que apretó el gatillo, sin saberlo
Pinochet, ha quedado al fin libre. Los comunistas todavía derraman lágrimas
porque Pinochet no fue a la cárcel. Bueno, el que mató a las víctimas que le
imputan a éste, tampoco.
Esto es una burla final de los Jueces
de izquierda, y tiene un fundamento: culpar a Pinochet era lo que políticamente
exigía la izquierda. Y por eso el autor de las muertes, que mintió y dijo
haberles sido ellas ordenadas por Pinochet, es premiado con la libertad (a la
cual, en todo caso, tenía derecho legal en virtud de la amnistía y la
prescripción, y por eso no doy su nombre.) Pero ¡cuántos oficiales que no han
mentido para salvar el pellejo, como les exige el chantaje Judicial de la
izquierda, cumplen largas condenas de presidio efectivo! Aunque sólo sea por
“haber estado ahí” (y alguno sin siquiera haber “estado ahí”).
El cinismo consiste en dejar libre de
la cárcel al que cumple con la exigencia política de la Judicatura de
izquierda: culpar a Pinochet. Un artículo del Código Penal Chileno de Izquierda
(Karen Cariola podría estarlo preparando) seguramente dirá: “Ningún chileno
cumplirá condena alguna, por graves y numerosos que hayan sido sus delitos, si
culpa de ellos a Pinochet”.
Otra reciente manifestación de
cinismo Judicial ha sido sobreseer al General Arellano (que en su ancianidad
está hace años privado de razón), pero ¡no sin antes dictar auto acusatorio en
su contra, culpándolo de la muerte de dos GAP, guardia armada personal de
Allende) en circunstancias de que, como está probado, lo único que hizo
Arellano fue ordenar el traslado de ellos, que habían sido apresados en Curicó,
a Santiago! Acá llegaron a un regimiento y luego fueron cambiados a otro en San
Bernardo, donde fueron fusilados. Nada de eso lo ordenó, y ni siquiera supo,
Arellano, que no tenía mando ni autoridad para decidir en el caso.
Pero la actual Ministra sumariante lo
ha acusado de esas muertes e inmediatamente lo ha sobreseído, lo que impide a
su defensa presentar ningún recurso contra el auto acusatorio. Pues el General
Arellano nunca quiso alegar amnistía ni prescripción, pues estaba seguro de
poder demostrar su correcto proceder y completa inocencia. Creyó que trataba
con una Justicia de verdad. Bueno, ahora la Justicia de izquierda le impide a
su defensa, en este caso, demostrar su inocencia, al sobreseerlo por demencia.
¿No es eso un “ejercicio de una acción vituperable”, que es lo que define al
cinismo?
En una nueva edición del “libro negro
de la justicia chilena”, aparecido en 2013 y titulado “Procesos Sobre
Violaciones de Derechos Humanos: Inconstitucionalidades, Ilegalidades,
Arbitrariedades”, de Adolfo Paúl Latorre, debería añadirse los dos testimonios
de cinismo Judicial de que he querido dejar constancia hoy.
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