La Mitad Más
Sabia,
por Hermógenes Pérez de
Arce.
Tiendo a pensar que la mitad más sabia de los
chilenos es la que no fue a votar el 17 y, según los precedentes de anteriores
elecciones, el próximo 15 va a ser una mitad todavía mayor.
Los socialistas, en su acepción más amplia, se
definen como personas a las cuales les gusta manejar la vida y, sobre todo, el
dinero de los otros (a un sector de ellos, llamados también
"socios-listos", les gusta además quedarse para sí con una parte).
Pues bien, pese a su triunfo, ahora están descontentos porque el voto
voluntario aumentó la abstención y en las Comunas más pobres (que estiman
favorables a la izquierda) ella fue mucho mayor que en las más ricas
(supuestamente más inclinadas a la derecha, porque la gente más rica consigue
mejor educación, aumenta su C.I. y, por tanto, adopta ideas políticas mejores).
Por ejemplo, en La Pintana votó el 40%, mientras en Vitacura lo hizo el 70%.
Entonces los socialistas reclaman la reposición del voto obligatorio.
Yo soy partidario del voto voluntario porque
soy de derecha, es decir, mi credo es el del respeto a la voluntad de las
personas. Y como por el mismo motivo soy partidario de la libertad de
emprender, de educar, de proveer y elegir todos los servicios, como el de
atención de salud; de la libertad de comercio, de la libertad cambiaria y de la
libertad de lucrar en toda actividad que no atente contra las libertades de los
demás, la moral, el orden público ni las buenas costumbres, hasta ahora soy un
gran derrotado del domingo pasado.
Tiendo a pensar que la mitad que no votó fue la
más sabia, pues los miembros de ella que pensaban como yo supieron de antemano
que iban a perder, y los que opinaban lo contrario, previeron que de todas
maneras iban a ganar. Y todos sacaron mejor provecho de su tiempo que los que
fuimos a votar.
Contra lo que decidió la mayoría electoral,
creo que el Estado debe ayudar a los más pobres dándoles directamente el dinero
del Gasto Social a ellos, para que elijan libremente dónde, cuándo y cómo
satisfacer sus necesidades insatisfechas. Luego, el Gobierno, en vez de
gastarla en cada vez más Ministerios y entes burocráticos, debe entregarla a la
gente libre, aplicando un criterio de dar más a los que tienen menos. Por
tanto, debería haber un Estado pequeño, mero redistribuidor, una simple Agencia
(también abierta a ser privatizada) que debería dejar que el mercado, que es la
gente libre interactuando, satisficiera todas las necesidades, salvo las de
defender la soberanía, mantener el orden público y administrar Justicia. Y no
les cuento la revolución democrática que yo haría en esta última si me
eligieran Presidente. El cambio sería tan radical que los Jueces sólo
aplicarían las Leyes.
Como el país ha votado por todo lo contrario y
se viene un período en que, aparte del Estado Leviatán que tenemos, todavía
predominará más "lo público", con un régimen socialista metido en, y
echándolo a, perder todo, que captará cada vez más recursos de los chilenos y
hará (mal) cada vez más cosas, preveo un desenlace en que todo terminará peor,
la libre iniciativa decaerá, la productividad y la inversión de los
particulares disminuirán y el Estado, en lugar de reemplazarlos eficazmente,
despilfarrará como lo ha hecho siempre y en todas partes del mundo, en términos
de que en cuatro años más la gente va a preguntarse lo mismo que ante el
Transantiago ("¿cómo nos pudimos haber metido en esto?") y va a
clamar por volver a restablecer el "modelo". Y adivinen quién va a
estar ahí. Por supuesto, el mismo que yo les dije desde un principio que no
dejaran caer. El mismo que sacó más votos que Carlos Montes en Santiago Oriente
y no fue elegido por culpa del binominal, el mismo que ganó a Ossandón en todas
las Comunas de la circunscripción, salvo Puente Alto. Y, por último, si no está
él, podría estar el propio Ossandón, que también es un hombre de derecha y ha
hecho las cosas bien, aunque haya atacado bastante al anterior y sea partidario
de subir los impuestos, enfermedad de la cual puede perfectamente sanar.
Todo esto que viene en los próximos cuatro años
se va a ver agravado por la mala suerte de Michelle Bachelet, que, a la inversa
de Sebastián Piñera, no se va a ver beneficiada por el impulso de una inversión
pública extraordinaria derivada de la reconstrucción de un terremoto (en todo
caso, ojalá que no haya otro), ni de la recuperación del precio del cobre ni,
en general, de los términos de intercambio ni de la afluencia de inversión
extranjera, esta última en decadencia debido a la salida de capitales de los
países emergentes, que ya está teniendo lugar y, "last but not
least", debido a las propias políticas económicas de la Nueva Mayoría que
desfavorecerán a la referida inversión extranjera y también a la nacional y al
emprendimiento en general. Kristina, Maduro, Correa, Fidel en lontananza. Pan
para hoy, hambre para mañana. Y no digo Segunda UP sólo porque me he puesto
optimista.
Por eso, en cuatro años más la gente va a
querer volver al "modelo" y va a ganar la elección de 2018 y el
Gobierno quien mejor lo represente y que yo creo saber quién es. El nombre de
esa persona los demás chilenos lo van a comenzar a buscar a partir del 18 de
diciembre, cuando se inicie, siguiendo la costumbre autóctona, la próxima
campaña Presidencial, y sucesivas encuestas (incluida la CEP, que hará
esfuerzos por reivindicarse) vayan indicando a los más favorecidos por la
opinión pública para volver a reconstruir lo que la izquierda en marzo va a
empezar a demoler.
¿Por qué alguien podría creer que lo que estoy
anticipando más arriba va a suceder? Por la sencilla razón de que antes les he
dicho que ciertas cosas iban a acontecer en el futuro y ellas terminaron
teniendo lugar. ¿Cómo cuáles? Como la que le dije a la UDI hace poco más de
cuatro años, en el sentido de que su apoyo a Sebastián Piñera como candidato Presidencial
iba a resultar desastroso para ella; como la que anticipé hace algunos meses,
cuando todo el mundo hacía escándalo con el Censo y hasta el mismo Sebastián
Piñera salió a pedir perdón al país por haberlo hecho, y yo anticipé que
finalmente iba a formarse una comisión de expertos no politizados que iba a
ratificar el que se había realizado, tal como ha ocurrido esta semana. En fin,
porque en una novela que escribí en 2007 y que mereció el honor de ser
declarada como "el acontecimiento cultural más negativo del año" por
el diario marxista "La Nación", escribí que el día del cambio de
mando de 2010 en el país iba a haber un cuasi-terremoto (p. 206) y este
cuasi-terremoto tuvo lugar. Claro, también confieso que compré acciones SQM-B justo
antes de que se vinieran al suelo y me hicieran incurrir en pérdidas de las
cuales todavía no me repongo. Es que quiero ser objetivo.
De modo que doy todos esos antecedentes con
entera transparencia para que ustedes juzguen si deben creer en mis pronósticos
o no.
DON HERMOGENES ¿ CREE UD. EN LOS MILAGROS? YO SI, QUIZAS NO SE DE LO QUE UD. ANTICIPA. PARA BIEN DE NUESTRO PAIS.
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