La Justicia ha sido secuestrada
por la izquierda, sea por la existencia de Jueces
ideologizados, sea por Magistrados
comprados, amenazados o simplemente
ablandados
por medio de halagos. La Justicia es la única desaparecida en
nuestro terruño.
por Hermógenes Pérez de
Arce.
El actual proceso revolucionario
no comenzó bajo este Gobierno, si bien él ha lanzado al ataque a sus “Cuatro
Jinetes del Apocalipsis” del modelo de vida chileno (tributario, educacional,
laboral y Constitucional): partió en la Judicatura. Cuando los Jueces dejaron
de respetar las Leyes, los chilenos deberíamos haber previsto lo que venía
después, o sea, que tampoco se iba a respetar nada de lo demás que
caracterizaba nuestra convivencia civilizada y democrática.
El otro día “El
Mercurio” de Valparaíso entrevistó a un “Ministro en visita extraordinaria para
casos de derechos humanos”, que ha sido la fórmula que la Revolución de
Izquierda registrada en los Tribunales ha discurrido para ejercer la venganza
política contra los militares que salvaron a Chile de la anterior Revolución
Armada de Izquierda en 1973. La izquierda no quiere que haya “Ni Verdad Ni
Reconciliación”, como con tanto acierto titulé mi libro del 2013. Eso se logra
mediante la venganza política en Tribunales, sin respetar siquiera las bases
mínimas del derecho, no sólo chileno, sino ancestral.
Se entrevista al Juez
Jaime Arancibia Pinto, Ministro de la Corte de Valparaíso, que en el último año
dictó doce autos de procesamiento contra uniformados, entre ellos dos Vicealmirantes,
un Capitán de navío y varios Carabineros y civiles, por hechos de hace
cuarenta años. ¿Por qué delitos? La panoplia que exhibe el Ministro es amplia y
la elección parece quedar a su arbitrio, y no al de lo que dicen la Ley y los
hechos, pues responde: “Pueden ser secuestro, homicidio, tortura, apremios
ilegítimos, secuestro con grave daño, secuestro con resultado de muerte,
asociación ilícita para delinquir…”
Él con seguridad sabe que el único
delito tipificable es el que no menciona, el de detención ilegal. Y entonces
“se le sale” decir que investiga “cómo fueron aprehendidas” (y no
“secuestradas”) las personas, es decir los detenidos.
No pudo ser
“secuestro” porque ése delito es propio de particulares, como lo dice el código
expresamente, y los uniformados no actuaban como tales, sino como funcionarios
del Estado, para quienes se configuraría, entonces, el delito de detención
ilegal. Pero como hay una Revolución de Izquierda en el Poder Judicial, lo que
diga la Ley no importa, sino importa el triunfo de la Revolución, y para ese
efecto la detención ilegal tiene dos inconvenientes: primero, su penalidad es
más baja y, segundo, se registra en locales Estatales y bastaría revisar
cualquiera de ellos para saber que los detenidos hace cuarenta años ya no están
ahí y, por consiguiente, la detención no puede ser calificada de “permanente”
para burlar las eximentes de amnistía y prescripción.
Pero la
Revolución Judicial necesitó ayuda del Ejecutivo y la recibió del Presidido por
Sebastián Piñera: como declara el Ministro Arancibia: “el Ministerio del
Interior (a través de) su programa de continuación de la Ley 19.123” permitió
reabrir causas antes sobreseídas.
Es decir, otra
institución ancestral del derecho penal, la cosa juzgada, es también
“retroexcavada” por la Revolución Judicial de Izquierda a instancias del
Ministerio del Interior de Piñera.
Entonces, hace cuarenta años, en
Petorca y La Ligua, por ejemplo, Carabineros de un pequeño retén, que “temían
atentados”, como dice el propio Juez, recibieron ayuda de civiles y
formaron una “patrulla mixta que participó en la aprehensión de esta
persona quien después resultó muerta”.
Pero si murió,
como dice el propio Ministro ¿cómo puede estar hoy secuestrada? Él, por
supuesto, lo explica: “Si la persona no está visible se presume que hay un
secuestro”.
¿Usted creía que
otra de las instituciones ancestrales del derecho era la presunción de
inocencia? Eso era hasta antes de la Revolución de Izquierda en la Justicia
chilena: ahora lo que se presume ¡es el delito! “Si la persona no está
visible se presume que hay un secuestro”.
¡Pobres militares
del '73... y algunos civiles!
¿Y la
prescripción? El Ministro también tiene respuesta para eso: “porque son delitos
de lesa humanidad que son imprescriptibles. Esa es una concepción que emana de
la Segunda Guerra Mundial que se plasmó en los juicios que tienen lugar después
del conflicto”.
¿Y en qué Ley
chilena están contemplados esos delitos de lesa humanidad? En la que incorporó
al Tratado de Roma al derecho chileno en 2009, pero resulta que esa misma Ley
dice que sus normas no serán aplicables a hechos anteriores a su vigencia y,
por lo demás, si usted lee en qué consiste el delito de lesa humanidad, se
convencerá de que es mucho más aplicable a las conductas terroristas que
tuvieron en Chile el MIR y el FPMR, por sus ataques a la población civil
mediante atentados, que a las acciones de los agentes de seguridad para
impedirles que las cometieran.
Luego el
periodista le pregunta al Ministro: “¿En Chile está derogada tácitamente la Ley
de Amnistía?”. Y la respuesta es: “No, lo que ocurre con la Ley de Amnistía es
que en este momento no se aplica, que es distinto. Pero también va a depender
de cada Ministro, de cada Corte y de lo que diga la Corte Suprema en su
momento”. Notable. La Ley rige, pero no se aplica y, en todo caso, depende…
Si usted creía
que su modo de vida estaba amenazado por “los Cuatro Jinetes del Apocalipsis” del
“modelo chileno” tan admirado en todas partes, yo le digo que, antes de eso,
usted no se dio cuenta a tiempo de que la Revolución les había abierto la
puerta, hace muchos años, en el Poder Judicial, mediante una mayoría que se rió
y ríe de las Leyes y que, cuando no le gustan, no las aplica. Ése fue el
preámbulo necesario para la actual Revolución de Izquierda. Y los que deberían
haber impedido que ella se consumara se hicieron cómplices de la misma y hasta
cohonestaron la prevaricación de los Jueces. Ahora éstos, con toda
transparencia, como lo hace el prudente Ministro en visita extraordinaria Jaime
Arancibia Pinto, nos dicen que es demasiado tarde para el derecho.
Y ya amenaza serlo para todo el
país.
(
Tomado de http://blogdehermogenes.blogspot.com/ )
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