“La Batalla de la Concepción”, una epopeya inmortal.
La Batalla de la
Concepción, que se llevó a cabo en el pueblo de La Concepción, en
la sierra peruana, es sin duda alguna uno de los hechos más
heroicos y dramáticos de la guerra del Pacifico, donde 77 jóvenes,
casi unos niños, del Regimiento Chacabuco, al mando del Capitán
Ignacio Carrera Pinto, atrincherados en dicho caserío, resistieron
durante dos días el ataque de unos tres mil peruanos, entre soldados
de línea y montoneros indígenas, Comandados por el Coronel Juan
Gastó y Salazar.
El poco
equilibrado choque entre el puñado de chilenos y los miles de
enemigos, comenzó el 9 de junio de 1882 y terminó al día siguiente
cuándo todo el contingente chileno había caído en el
enfrentamiento, teniendo culminación cuándo nuestros bisoños
combatientes, ya sin municiones, salieron a enfrentarse a los
peruanos solo con sus fusiles, como maza, y sus bayonetas como arma
cortante.
La fuerzas
peruanas conminaron a la rendición a los nuestros, que nunca
arriaron nuestra gloriosa bandera, a lo que el Capitán Carrera
respondió "En la capital de
Chile, y en uno de los principales paseos públicos, existe
inmortalizada en el bronce la estatua del Prócer de nuestra
Independencia, General don José Miguel Carrera, cuya misma sangre
corre en mis venas; por cuya razón comprenderá Usted que ni como
chileno ni como descendiente de aquél, deben intimidarme ni el
número de sus tropas ni las amenazas del rigor. Dios le guarde a
Usted..."
Día
del Juramento a la Bandera.
En
recuerdo de los 77 muchachos que combatieron y dieron sus vidas en la
Batalla de la Concepción, desde 1939 se realiza el 9 de julio el
Juramento a la Bandera en todas las guarniciones militares de Chile
en que los nuevos cadetes,
dragoneantes
y conscriptos, así
como los nuevos oficiales y suboficiales,
juran fidelidad y lealtad a la Bandera
y a la Patria.
Juramento
a la bandera de los soldados de Chile:
Yo,
[grado y nombre del jurante] juro,
por
Dios y por esta bandera,
servir fielmente a mi patria,
ya sea en mar, en tierra o en cualquier lugar,
hasta rendir la vida si fuese necesario,
cumplir con mis deberes y obligaciones militares
conforme a las leyes y reglamentos vigentes,
obedecer con prontitud y puntualidad
las órdenes de mis superiores,
y poner todo empeño en ser
servir fielmente a mi patria,
ya sea en mar, en tierra o en cualquier lugar,
hasta rendir la vida si fuese necesario,
cumplir con mis deberes y obligaciones militares
conforme a las leyes y reglamentos vigentes,
obedecer con prontitud y puntualidad
las órdenes de mis superiores,
y poner todo empeño en ser
un
soldado valiente, honrado y amante de mi patria.
HONOR
Y GLORIA A NUESTOS HEROES INMORTALES.
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