viernes, 9 de septiembre de 2011

Viva Chile, viva el 11 de septiembre....




En la persona del General Augusto Pinochet Ugarte
saludamos a todos los chilenos y chilenas que
fueron abusados por una unidad popular que trató
de someternos por el hambre, a esas mujeres que
dieron una dura lucha contra la tiranía que trato de
imponernos el allendismo, a los gremios que lo
arriesgaron todo por evitar que en Chile se instaurara
un régimen como del de los Castro en Cuba.



Queremos hacer extensivo este saludo extensivo a
aquellos pequeños comerciantes, camioneros,
estudiantes, campesinos, profesionales, a los
estudiantes, a las fuerzas vivas de la nación que con
entereza defendieron las libertades que nos legaron

los

fundadores de nuestra Patria y se enfrentaron con las ilegalidades usadas desde La Moneda para intentar doblegarnos.




También saludamos a aquellos brigadistas que arriesgaron
sus vidas para oponerse a la destrucción de nuestra
institucionalidad, a esos millones que fueron perseguidos
por tener ideas diferentes a las que trataba de imponer
la minoría audaz que por medio del engaño logró que la democracia
cristiana les creyera el compromiso de respetar la Constitución
y les apoyara en el Congreso pleno, tras la firma de un pacto
al que Allende no le daba el valor del papel en que estaba
escrito.


Aprovechamos de honrar también a aquellos soldados que el 11 de septiembre de 1973 acudieron al llamado de la Patria, y por cierto de la mayoría del pueblo, para poner fin el miserable proyecto con que se destruyó nuestra economía, la unidad de nuestra Nación, a la que se llenó de odiosidades, quebró la convivencia social y nos intentó convertir en los hermanos menores de la Unión de las Republicas Socialistas Soviéticas.




Recordamos en las personas de los miembros de la Junta de Gobierno, encabezada por Pinochet, que debió enfrentar una difícil reconstrucción del país que había sido asolado por la barbarie roja que intentó sojuzgarnos, a la vez que trabajaba por lograr el desarrollo que permitiera al país progresar y por ese camino satisfacer las necesidades populares, además de la reinstitucionalización del sistema democrático que había sido quebrantados.




No podemos terminar estas palabras sin rendir un homenaje
a esos hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden
que sacrificando su tranquilidad y la de sus familias debieron
enfrentar la subversión gatillada desde el exterior, a las víctimas
inocentes de una guerra civil sorda y a quienes ofrendaron sus vidas
enfrentado la brutal agresión de que fue objeto en país con
guerrillas entrenadas y financiadas desde el extranjero.




Terminamos este homenaje recordando a esa enorme cantidad
de Oficiales, Suboficiales y soldados, que cumpliendo con su deber
lucharon contra la barbarie que atacaba desde las sombras y
que hoy son objeto de una miserable venganza que les tiene
recluidos en las mazmorras creadas por la concertación para
llevar a cabo su vendetta contra quienes les impidieron
instalar su siniestra dictadura del proletariado en nuestro
territorio.




Gracias a todos los hombres y mujeres de este terruño,
Chile fue, es y será un país de libertad, que ejemplarmente,
y de una manera inédita en el mundo, derrotaron al
totalitarismo, y cumplida la misión encargada por el pueblo,
hicieron una transición impecable y volvieron a sus
cuarteles entregando el poder a aquellos que, de acuerdo a la
Constitución dictada, fueron escogidos por la ciudadanía para
conducir el nuevo periodo democrático.



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