(Honorable Junta de Gobierno encabezada por Pinochet)
11 de Septiembre, día del orgullo Nacional.
Han tratado de desperfilar, con mentiras y calumnias, la monumental obra del Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden, han falseado nuestra historia, han encarcelado a quienes tuvieron la difícil tarea de defender a la ciudadanía de la feroz agresión internacional manejada por el ex imperio rojo.
Pero, la realidad nos muestra que los “milicos” le cambiaron la cara a Chile, al que de ser una nación pobre y sin expectativas, transformaron en una Nación pujante proyectada al futuro, con una economía sólida, una infraestructura mejorada y una institucionalidad que defiende los derechos del pueblo.
No importa que las “ cuatros espadas libertadoras” no tengan físicamente un monumento para que la ciudadanía les pueda rendir su homenaje, están en los corazones de los chilenos agradecidos, que además tenemos la certeza evitaron conflictos mayores de del alto costo social.
No somos “viudas o viudos” de Pinochet, como tratan de motejarnos sarcásticamente, somos solo ciudadanos conscientes, que sabemos que falsear la historia, sea por bastardos intereses políticos o simple venganza, es arriesgar a los pueblos a repetir historias dolorosas.
Tampoco somos fascistas, como a título de insulto nos endilgan otros, somos gente que cree que nuestro país tiene un futuro y que por el hay que luchar, que sabemos que el orden es una necesidad imperiosa para enfrentar metas comunes que nos saquen del pozo en que nos han metido.
Por eso, entre otras cosas, celebraremos el 11 de Septiembre, porque además de liberarnos de las cadenas con que los que hoy están en el poder quisieron limitar nuestras libertades, intentado arrodillarnos con el inmoral racionamiento de alimentos, nos devolvieron voluntariamente la democracia.
La mala memoria característica de nuestro pueblo ha permitido que nuestra historia sea mancillada, así como nuestros sagrados símbolos Patrios, ya es hora de reaccionar y comenzar a reivindicar nuestro pasado reciente y de exigir la libertad de los nuestros injustamente aprisionados.